'Carmen': soberbia, trasgresora, impactante, llega por primera vez a Colombia, al Teatro Colón de Bogotá, la obra maestra de la Compañía Nacional de Danza de España. |
Fotos: Jesús Vallinas
Desde la mirada inocente de un niño, distante de la toxicidad
de una sociedad cada vez más intolerable y agresiva, Carmen, el clásico de Próspero
Merimée, puesta en escena de la Compañía
Nacional de Danza de España, es una visión moderna y trasgresora de la
violencia que se recrudece en un mundo que da la impresión se estuviera cayendo
a pedazos.
Con una escenografía minimalista centrada en un entramado
prismático que permite un laberíntico juego de imágenes a partir del cuerpo
como hilo narrativo, y del cúmulo de emociones y movimientos de poderosa fuerza
interpretativa, marcadas por la coreografía del sueco Johan Inger, y la dirección artística del español José Carlos Martínez, esta Carmen llana, atípica, atemporal, fluye
en escena al libre albedrío que propone el músculo, la expresividad y la
sensualidad de la danza, sin escabullirse del gran contexto de la obra
original.
Recreada a partir de una simbología de atmósferas y metáforas,
el montaje es elocuente en la definición alegórica que constituyen los cuadros más
significativos del tránsito narrativo: desde la legendaria tabaquería, los
suburbios de la antigua Ronda, las artes seductoras de don José, y los
descalabros del amor y la pasión entre el torero de marras y la Carmen impetuosa, magnífica y rotunda,
en esta oportunidad interpretada por una de las primeras figuras del catálogo
dancístico en España: Sara Fernández
López, dueña de voltaje y un lirismo corporal pocas veces visto en el
alfabeto universal de la danza.
Una oda en movimiento al amor, a la sensualidad, a la rebeldía y a las tentaciones contrarias de la condición humana |
Al respecto ha dicho la protagonista:
“Lo más bello de este trabajo ha sido interiorizar en los
movimientos que describen a este personaje, que aunque no fue creado para mí
directamente, me parece muy interesante sentir y ver cómo un mismo rol puede
ser interpretado de maneras tan diferentes y personales”.
El impulso transgresor es evidente en todos y cada uno de
los personajes: la pureza de aquel niño, testigo silente de los
acontecimientos, podría remitirse a un cuadro imborrable en la infancia de don
José. A su vez, ese pequeño, depende del prisma con que se observe, podría ser
un niño cualquiera, quizás el hijo de un migrante, de un exiliado y, por qué
no, el niño que todavía nos habita y se resiste a perder su perplejidad ante
las exaltaciones de la vida o los horrores del mundo.
Los gitanos a la vera de las tretas seductoras de las
cigarreras, reinventados como okupas desperdigados
de la debacle contemporánea. La violencia y el desarraigo traducido en
nebulosas y penumbras proyectadas en los espejos: un espectro ambiguo que se va
diluyendo en el transcurso de la obra. Y, el rojo sangre del vestuario, de enorme
impacto visual en el sistema circulatorio de la obra.
Una escenografía minimalista de efectos prismáticos recrea esta atípica y atemporal versión de Próspero Merimée, coreografía de Johan Inger y dirección de José Carlos Martínez |
Carmen, en
finadas cuentas, es una oda en movimiento al amor y a la rebeldía, a las
tentaciones contrarias, a los desafueros de la pasión llevada a extremos
primigenios. Pero también una reflexión alrededor de la inocencia, de la vida en
su crudeza, del egoísmo, la maldad y la venganza, y de esa violencia rampante,
de inconcebibles formas, en la que continuamos atónitos y desamparados.
Carmen,
con música de Georges Bizet y Rodion Shchedrin, de la Compañía Nacional de Danza de España, se
estrenó en Madrid, en 2016, con elogiosas reseñas de la crítica especializada, que
coincidió en calificarla como una obra maestra, y ese mismo año recibió el
prestigioso galardón Benois de la Danse,
que es como el Grammy de la disciplina dancística en Europa.
Es la primera vez que dicha compañía viene a Colombia, y es
un privilegio para el público capitalino que su escenario sea el Teatro Colón de Bogotá, en temporada
del 24 al 28 de abril, gracias al
respaldo del Foco Cultura España
Colombia, impulsado por Acción
Cultural Española, el Ministerio de
Cultura de Colombia y la Embajada de
España en Colombia.
La boletería para Carmen
está disponible en la taquilla del Teatro
Colón o a través de TuBoleta: www.tuboleta.com. Los precios oscilan entre $35.000 y $100.000
0 comentarios