La figura sinuosa de Deylis Guerrero Otero, Reina de Bocachica, hermana de Tyron Guerrero, estrella de Los Marlins de Florida. Foto: La Pluma & La Herida |
Ricardo
Rondón Ch.
A esta isla del Caribe
colombiano, custodiada por el fantasmagórico Fuerte de San Fernando de Bocachica (donde un desbaratado Almirante Blas de Lezo la emprendió
contra los ingleses en épocas cruentas de la Colonia), a solo 1.5 kilómetros de Cartagena, nunca ha
llegado el agua potable, pero cada semana descargan sagradamente 2.000 cajas de cerveza.
La sal de mar que casi todo lo
corroe, menos las estilográficas de los poetas, tampoco ha hecho mella en la publicidad política no
pagada de un aspirante a la JAL de Bocachica,
un tal Hernando Piña, que ocupa la
pared de un lote abandonado de basuras y escombros, aledaño al desembarcadero.
Bocachica es uno
de los cuatro corregimientos de Tierra Bomba,
la Isla, con Punta Arena, Caño de Loro
y Tierra Bomba, donde los lugareños
pagan el servicio de agua más caro de Colombia: un agua no apta para el consumo
humano por la contaminación, porque llega en barcos-cisternas en condiciones
antihigiénicas y precarias, y porque se surte en depósitos improvisados con mangueras
sucias o corroídas por el óxido.
Mirla Aarón Freite, gestora y líder social de Tierra Bomba, protectora de la niñez y la juventud desamparadas, o extraviadas en el vicio. Foto: La Pluma & La Herida |
Empero, el pago mensual del
servicio oscila entre $200.000 y
$250.000 por domicilio, partiendo de que un solo galón cuesta $600 o $700, depende de circunstancias surrealistas de modo, tiempo y
lugar, y del poder adquisitivo que, en la Isla, es el drama del día a día.
Ni hablar del pésimo
servicio de electricidad, con varios cortes inexplicables durante el día;
cuando no las redes que se caen por falta de mantenimiento. Tampoco hay gas.
No obstante las
dificultades, la tierra es apta para el cultivo de yuca, maíz, papaya, melón,
ahuyama, sandía. Sólo que son escasos quienes la trabajan. La producción es
mínima.
Solo hay tres colegios por
cada corregimiento. En la vereda Punta Arena
hay una subsede del colegio de Tierra Bomba.
En los últimos años, la
profusa afluencia de foráneos, desplazados y delincuentes prófugos de la
justicia, viene sembrando el terror. Son
los pilares del microtráfico, el
pandillismo y la deserción de los estudiantes para ser reclutados por bandas
criminales en cultivos ilícitos de coca y raspado de hoja.
Belmir Caraballo Díaz, folclorista y director de la Casa de la Cultura que lleva su nombre, en Bocachica. Foto: La Pluma & La Herida |
De modo que la Isla es un
territorio sin ley. Bocachica, por
ejemplo, tiene una subestación de policía con apenas ocho agentes. Es decir, ocho uniformados para una población de 6.000 habitantes. Que tienen que
repartirse entre Bocachica y Caño de Loro.
Lo mismo sucede en Tierra Bomba, donde hay otra
subestación, también con un número de policías similar al anterior, que
comparten funciones con Punta Arena,
punto turístico por excelencia, pero cada vez más azotado por frecuentes robos
a turistas, entre 500 y 1.500 por
semana, que es en promedio la población visitante.
El mar tenebroso que golpea
con la fuerza impetuosa de los alisios, ha destruido a la fecha 300 viviendas en Tierra Bomba y Punta Arena,
y gran parte del cementerio, hoy reducido a una siniestra Comala insular.
Los damnificados, la mayoría
personas de la tercera edad, algunos con enfermedades terminales, ya perdieron
la cuenta de las peticiones y los llamados de alerta al Departamento Nacional de Planeación (DNP) para que adelanten las
obras de protección costera. Reportar el estado de emergencia, se quedó en un
mantra de ida y vuelta con la brisa marina.
Cuadro de rutina en calles y andenes de Tierra Bomba y sus corregimientos. Allí hasta la policía se juega sus fichas. Foto: La Pluma & La Herida |
El toxicólogo Jesús Oliveros, de la Universidad de Cartagena, lleva más de
un año esperando el presupuesto de la alcaldía para empezar a trabajar en un plan
de salubridad emergente en aras de contrarrestar las múltiples enfermedades
(gastroenteritis, diarreas, bronquitis, anemia, conjuntivitis, infecciones
cutáneas, etc.) que aquejan a niños, ancianos y mujeres, producto de los
estragos que deja en la población el agua insana, y residuos contaminantes de
mercurio, estaño y plomo de las industrias de Mamonal e intermedias.
Mirla
Aarón Freite, gestora y líder social, protectora para la
infancia, discípula aventajada de la exministra de cultura Paula Moreno en su programa Manos
Visibles, vive “porque mi Dios es muy grande”: está curtida del acecho y
las amenazas que le hacen jíbaros y ganchos del microtráfico.
Hace un par de semanas
denunció al Instituto Colombiano de
Bienestar Familiar, seccional Cartagena,
un intento de abuso sexual a una menor de 7 años, por parte de un desadaptado
de Bocachica.
Los platones repletos de los uno y mil almíbares, tradición de los fogones del Caribe, que hacen las delicias de lugareños y turistas. Foto: La Pluma & La Herida |
Lo hizo por dejar sentada,
como es su cometido, una tras otras las decenas de denuncias que a diario
gestiona ante el ente gubernamental por maltrato intrafamiliar, venta al
menudeo y consumo de sustancias psicoactivas, presencia de delincuentes
armados, embarazos precoces y paternidad no deseada, abandono y desnutrición.
Todo esto, sin respuesta alguna. .Pero ella insiste sin que se le quiebre la
voz.
Me resistí a creerle que el
gramaje diario que autoriza el ICBF,
de un cuarto de arroz (¡1/4 de arroz!),
tiene que rendir para trece niños. Los niños de Tierra Bomba, de Caño de
Loro, de Punta Arena, pequeñines
que quedan casi todos los días a la deriva porque sus madres, la mayoría
cabezas de familia, tienen que irse a las playas de Cartagena, de Bocagrande,
del Laguito, de La Boquilla, de Barú, de
Castillo Grande, de Islas del Rosario, a rebuscarse el
sustento.
Cómo: peinando gringas
dóciles y desventuradas que arriban a estos paraísos en busca de una temporada de goce, sin saber mentar una
jota de español, o haciéndoles sobijos relajantes con aceite de coco a
barrigones rubicundos y solitarios de las antípodas, por esa tradición de que las
manos de las negras lo curan todo, sí e’ñó…
Miguel Herrera, 'Miguelucho', datero y patillero mayor de Bocachica. Foto: La Pluma & La Herida |
O empotrándose en la cabeza
un platón de aluminio -como el que utilizaban las antiguas lavanderas de río-,
cargado de las una y mil ricuras de almíbares de las que solo dan cuenta
calderos y fogones del Caribe, amplias caderas, pies descalzos por las arenas
ardientes, y un alfabeto proclive a la lujuria del paladar:
A
la olden la caliseca, lo cabellito e’ papaya, la bolita e’ ajonjolí, la alegría
e’ millo, lo muñeco e’ coco, la cocaita, lo marranito e’ arequipe, lo enlutao,
la panelita e’ mani, lo cubanito e’ leche, el casabe…A la olden…
Mirla
Aaarón Freite, que conoce a estas mujeres, que las ha
defendido de los maridos guaches, empachados a más no poder de aguardiente y
cerveza (y de quién sabe que otras
porquerías); que les ha aconsejado llevar los críos al colegio o a la Casa de la Cultura del folclorista Belmir Caraballo Díaz porque allí
corren menos peligro que en el pedregoso azar de las polvorientas calles, o en
los billares y en las mesas Rimax de
todos los colores azotadas a mañana, tarde y noche por fichas de dominó, resume
el duro vivir de estas aldeas que el Estado
y la corruptela política se empecinan en ignorar.
El decadente marco de la política, en Tierra Bomba, y en todo el país. Foto: la Pluma & La Herida |
En medio de la espesa
polvareda que deja en su trepidar una motocicleta (único vehículo de carga y
transporte en la región), aparece el negro Miguel
Herrera con una carretilla al tope de sandías. Miguelucho, como lo llaman, es el patillero mayor de Bocachica, y como el de Fruko también va gritando con sabrosura
su pregón de tolón, tolón, mis patillas…
Herrera también
oficia como datero ambulante de estos lares, que sin saberlo, muchos años
después, ha retomado a su manera la misión del recordado periodista y
presentador de corbatín Alfonso
Castellanos (‘Yo sé quién sabe lo
que usted no sabe’), que les despejaba insólitas dudas a los televidentes, desde
cómo hace un pollito para respirar dentro del huevo, o por qué razón un músculo
del trajinado cuello se llama esternocleidomastoideo.
La brega de un anciano enfermo a la hora de abordar como parrillero una moto, único vehículo de transporte público en Bocachica. Foto: La Pluma & La Herida |
Tyron y su hermana, la reina |
A
la delegación se suman profesores como Luis Alberto Herrera y Marisol
Hurtado del barrio El Pozón, de Cartagena, cada uno con testimonios
desgarradores y de reivindicación en este sector neurálgico donde son nulas las
oportunidades, y cientos de familias se desperezan cada mañana con el bostezo agrio
de tener que sobrevivir con menos de un dólar.
Una sonrisa perlada destella
en el grupo de anfitriones. Es la de Deylis
Guerrero Otero, la Reina de
Bocachica, que para la ocasión lleva el mismo vestido fucsia de gala y las
sandalias de Samarkanda que lució en
la velada de elección y coronación del Reinado
Popular de Cartagena, en noviembre pasado.
Deylis
tiene 21 años. Está próxima a obtener una licenciatura en Pedagogía Infantil de
la Universidad ‘Rafael Núñez’. Es
asesora del profesor Caraballo en la
inducción de danza, pintura, música, artesanías y oralidad para niños y
adolescentes y, a mucho honor, como ella lo subraya, es la hermana de Tyron Guerrero, el pitcher estrella de los Marlins
de Florida.
Al tiempo que narra
prodigios y hazañas de su hermanito del
alma, la beldad de ébano comparte en la pantalla de su celular las
fotografías del espigado beisbolista en familia, en la reciente Navidad en Bocachica, o con la casaca del equipo
en el monumental Marlins Park, suma
de sus grandes esfuerzos y sacrificios, él, Tyron Guerrero Otero, 26 años, el hijo de un humilde tendero y de
una ama de casa, hermano de Deylis,
la reina, empeñada en rescatar a la juventud extraviada de Bocachica, y de Noeli,
de 17, prometedora fisioterapeuta.
Avisos clasificados: Péguelo a la pared con engrudo, y espere llamada. Foto: La Pluma & La Herida |
Si Tyron, que se despidió a los 17 años de sus seres queridos para
llegar a donde llegó, ¿por qué otros jóvenes de Tierra Bomba, de Punta Arena
o de Caño de Loro, no lo pueden
lograr?
La respuesta inmediata la
tiene Mirla Aarón, gestora y líder
social:
“Porque todas las familias
en estos corregimientos no cuentan con el amor y el respaldo que a Tyron lo ha cobijado desde sus primeros
años. Porque la mayoría de los niños adolecen de una paternidad, y si la llegan
a tener, es como si no existiera. Pasan más tiempo en los billares, en el dominó
o en las discotecas, que donde es su deber figurar. Por la pobreza rampante. Y
porque no existimos para el gobierno”.
“En Tierra Bomba, como usted podrá ver, no hay agua potable, pero se
consumen semanalmente 2.000 cajas de
cerveza. Aquí llega más cerveza que comida y agua. Y se vende sin
restricciones. Es común ver muchachitos a cualquier hora del día empinando el
codo, sin vetos ni reprimendas”.
Tyron Guerrero cuando lucía la camiseta de Las Águilas Cibaeñas de República Dominicana, su puerta de entrada a las grandes ligas del béisbol. Foto: Archivo familiar |
“Haga usted la cuenta a vuelo
de pájaro de las utilidades que semejante consumo le deja a la cervecera: un
promedio de cinco mil millones de pesos
al año. Y de todo ese caudal la compañía no invierte un solo peso en
responsabilidad social. Por el contrario, el exagerado consumo incide en que
niños y adolescentes se afilien a otros vicios, y para sostenerlos, se vayan a
la clandestinidad a raspar hoja de coca o traficarla en el menudeo”.
“Esto ha incrementado la
delincuencia y la inseguridad al punto de que Tierra Bomba ya no sea el atractivo turístico de otras épocas, sino
un territorio sembrado de delito y terror. Hace rato que estamos en estado de
emergencia. Esto ya es una bomba de
tiempo”.
Le pregunto a Mirla quién es Hernando Piña, a propósito del aviso publicitario que persiste en
el muro del lote infestado de desechos y zopilotes.
“Un embustero más como todos
los políticos. Cuando están en campaña, hablan chicuca, saludan a todo el mundo con sus rostros de ponqué. Una vez
elegidos, se llenan la panza, se roban el presupuesto y se largan. Pero eso ya
es cuento viejo”.
Los talentosos niños de la Casa de la Cultura Belmir Caraballo Díaz, presentando su espectáculo de danza-teatro, 'Lumbalu'. Foto: La Pluma & La Herida |
En la Casa de la Cultura de Bocachica, el folclorista Belmir Caraballo (sobrino del
legendario pugilista Bernardo Caraballo),
maestro de danza tradicional negra y de artes escénicas, y representante para
el Caribe del World Coach Colombia BBVA,
con 27 años de experiencia en desarrollo cultural, instruye a los visitantes
sobre la puesta en escena que ha preparado con sus alumnos, de los 250 que
orienta en la actualidad.
Se trata de un espectáculo
que combina danza y teatro con instrumentos autóctonos de la cultura negra. Lumbalu, se llama, un retrato hablado,
cantado y musicalizado de la esencia raizal, donde el mapalé, como máxima alegórica del cuerpo y el espíritu de la raza,
no puede faltar.
Se oyen los aplausos de la
concurrencia, de los profesores invitados y de los que aspiran a recibir el
aval como instructores; del Presidente del
BBVA Colombia Óscar Cabrera Izquierdo, y de su equipo de colaboradores; del
exarquero de la Selección Colombia Óscar
Córdoba, imagen corporativa de la entidad financiera, y de los más de
veinte periodistas, entre veteranos y nóveles en el
oficio, que cumplimos a esta cita.
El Presidente del BBVA Colombia Óscar Cabrera Izquierdo y el exarquero de la Selección Colombia Óscar Córboba, en la entrega de morrales escolares. Foto: La Pluma & La Herida |
Manuel
Guillermo Pinzón, director del World Coach Colombia BBVA, toma la vocería. Puntualiza en la misión
a pundonor que vienen desarrollando sus profesores a lo largo y ancho de la
geografía nacional, pero sobre todo en la que corresponde a la región Caribe y al Pacífico colombiano, territorios heridos por la guerra, el
desplazamiento, el abandono y la desprotección estatal.
Recalca Pinzón que gracias al esfuerzo y a la voluntad de maestros como Marisol Hurtado, Luis Alberto Herrera y Belmir
Caraballo, de un total de 96 que en la actualidad cumplen como
constructores de paz y vida, proveedores
de oportunidades para enderezar el curso que dejan los estragos de la pobreza y
la violencia en todas sus manifestaciones, se ha podido recuperar una cifra
alentadora de niños y jóvenes que ya se daban por perdidos en el oprobio del
vicio, el pandillaje y la delincuencia.
“Es
como sacar del lodo pepitas de oro”, sostiene el coach a manera de metáfora, para
incentivar los sanos ideales de su organización. Que promover
disciplinas del músculo como fútbol, ciclismo y atletismo, y artes como danza,
pintura, música y literatura, son herramientas claves para restituir a la
población emergente.
Un niño que no alcanza a divisar el horizonte entre los maderos podridos y las latas oxidadas de un rancho abandonado de Bocachica. Foto: La Pluma & La Herida |
“Tenemos claro que no hay
otra alternativa para rehabilitar lo que no ha sido habilitado, que no sea con la educación y el deporte. Y en esa
labor persistiremos”, concluye Pinzón.
Luego, la alegría estalla en
la parvada con la entrega de los morrales y los kit escolares. Un niño no mayor
de 10 años que estuvo grabando todo el tiempo con una tableta, le entrega el
dispositivo digital a su mamá para reclamar el suyo.
Seguramente ese crío seguirá
los pasos de un Ciro Guerra (El abrazo de la serpiente), de un Tyron Guerrero, el poderoso bate de Los Marlins, o de Diego Mendivil, también oriundo de Bocachica, quien milita en segunda división del Vejle Boldklub, el emblemático equipo
de fútbol de Dinamarca.
De retorno al embarcadero
para abordar la bimotor que nos conducirá a Cartagena, registramos otras fotos de rigor: los ranchos
deteriorados, las sonrientes lugareñas que nos saludan coquetas desde las
ventanas; las mesas de dominó, aquí y allá, atiborradas de apostadores, uno de
ellos con una cachucha de la policía; el tas
tas de las carambolas en los billares; el olor a lúpulo y a amoniaco que desprenden
las cantinas: la vida que pasa incierta y lerda entre ventiscas y polvaredas,
bajo un sol magnánimo y demócrata.
El párvulo que no se perdió detalle con su tableta en la revista folclórica y musical de la Casa de la Cultura Belmir Caraballo Díaz. Foto: La Pluma & La Herida |
De nuevo nos sale al paso Miguelucho, el patillero mayor, con su tolón tolón a lo Fruko de sus patillas rojas y
amarillas… Franco y risueño por estas calles sin nombre.
Le pregunto que, fuera de la
pesca, de que más devengan los habitantes de Tierra Bomba.
Sin pensarlo demasiado, Miguel Herrera hace un alto en su
carretilla y se despacha en estadísticas:
Mire,
ñor: Tierra Bomba e’ una ila con 12.000 habitante promedio. Tierra Bomba como
tal, 3.000. Bocachica, la má’ grande, 6.000. Caño e’ Loro, 2.400. Y, Punta,
Arena, que e’ una vereda, 700. Y uté lo ha dicho: mucha gente vive e’ la peca.
Pero también del turimo, de la arteanía, que ha bajado mucho por lo robo, por
la inseguridad.
Lo
ma etudiao trabajan como empleao en el Ditrito, e’ decir en Cartagena, en pueto
público. El regto, albañiles, ecobita, vendedore ambulante, salvavida, vigilante,
empleada domédtica. Lo que se tuercen se unen a la pandilla, o se van de
cocalero o rapachine. Eso hay de todo, ñor.
Tyron, orgulloso en el seno de su familia |
Justo cuando nos acercamos
para abordar la embarcación, llega en una lancha un señor desvalido, entrado en
años, ayudado por varias personas, con una pipeta de oxígeno. La brega para
subirlo como parrillero en una de las motocicletas de servicio público, es para
echarse cruces.
-Se
va a cae…-, grita una
negra macetuda de pupilas desorbitadas.
-Tiene
que sostenerlo alguien por detrá-, insiste la morocha.
El motociclista amaina el
encendido y con una seña de él se monta un mucharejo de turno para resguardar
al paciente.
El vehículo arranca y se
pierde entre una nube de polvo.
-¡La
pipeta, e’ quedó la pipeta!-, exclama alarmada la negra robusta.
Pero ya es demasiado tarde…
Del bafle de una tienda
esquinera, con emanaciones rancias de fritos requemados y arepas de huevo, se
oye la voz joven de Julio Iglesias
interpretando De niña a mujer.
Ítems
Responsabilidad Corporativa BBVA
Los profesores Marisol Hurtado y Manuel Guillermo Pinzón (Director World Coach Colombia BBVA), constructores de vida, esperanza y paz a través de la educación y el deporte. Foto: La Pluma & La Herida |
*La entidad ampliará la
cobertura de programas enfocados a la educación, con énfasis en emprendimiento
y formación de jóvenes y adultos en competencias financieras.
*Gracias a los aportes de
los clientes BBVA en la red de
cajeros automáticos, $5.000 millones
de recaudo han permitido la compra de más de 2.000 bibliotecas para cerca de 400 municipios, beneficiando a 850.000
niñas y niños de todo el país.
*El programa de Responsabilidad Corporativa ha brindado
beneficios a más de 180.000 familias,
con el incentivo de la educación como palanca de equidad social, oportunidades
e inclusión.
*Sus proyectos y
realizaciones de emprendimiento, resume el gran caudal de desarrollo económico,
sostenibilidad y garantías hacia el futuro.
*Para 2017, BBVA tiene previsto invertir el 1% de
sus utilidades en Responsabilidad
Corporativa, con una cifra que se aproxima a los $6.5000 millones.
*Se espera que en el presente
año, BBVA llegue a cerca de 130.000 jóvenes de doce departamentos con
el programa Escuela para el Emprendimiento,
y la capacitación de 45.000 instructores
en Educación Financiera, a través de
su moderna aula móvil.
*En 2017 se entregarán 40.000 morrales con útiles escolares,
lo mismo que 5.000 becas para niñas y
niños beneficiados con el programa Niños
Adelante.
*Se dará continuidad a las
alianzas BBVA con centros de
formación como Manos Visibles y universidades
como Eafit e Icesi, para el sostenimiento educativo de jóvenes de comunidades vulnerables.
*BBVA multiplicará respaldos y patrocinios a grandes promesas del
deporte, con énfasis en atletas y nadadores paralímpicos, tal es el caso del
valluno Francisco Sanclemente, quien
viene avanzando en un rutilante carrera en silla de ruedas.
*La entidad financiera
avanza en la organización y preparativos del 4° Premio Nacional al Docente BBVA.
*BBVA es el Banco de la Educación en Colombia.
Visite web World Coach Colombia: http://bit.ly/2lcjKPN
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