Jorge Mario Neira Niño exhibe orgulloso '1001 Anécdotas de Millonarios', de su autoría. Recomendado FILBO 2014. Foto: La Pluma & La Herida. |
Ricardo Rondón Ch.
Cincuenta y dos años sudando la camiseta del ‘azulejo’ –como
él lo llama- con el corazón a contracorriente, fue un poderoso y sensible argumento, entre
el pragmatismo y la nostalgia, para aventurarse en la empresa de escribir, a la
fecha, el anecdotario más completo y detallado que se conozca de Millonarios,
desde la época de El Dorado, hasta nuestros días.
Jorge Mario Neira Niño, nacido en Chocontá (Cundinamarca),
economista de la Universidad de América, ha sido ojo avizor permanente del acontecer
del cuadro capitalino, a la vez que cronista en la intimidad de sus hazañas y
protagonistas, y de todas esas curiosidades que él, con admirable síntesis,
incluye en su libro: ‘1001 Anécdotas de Millonarios’, que ya va para la quinta
edición, y que en la más reciente, resalta en portada la estrella 14.
Con estilo ameno y coloquial, el relato de Neira Niño
despierta el interés no sólo de aquellos veteranos que por años han sido
devotos del conjunto albiazul, sino de
las nuevas generaciones, niños y adolescentes, ávidos de esculcar en su
historia, en sus vivencias, y en esos datos que sólo un hincha de tuétano y
memoria como el mencionado autor, puede hacer posible en un testimonio veraz,
entretenido y perdurable para su fanaticada.
‘1001 Anécdotas de Millonarios’, de Jorge Mario Neira Niño,
es uno de los atractivos editoriales de la 27° Feria Internacional del Libro de
Bogotá.
La Pluma & La Herida lo entrevistó.
¿Esto de ser ‘azulejo’, es genético?
“Imagínese que no, porque mi papá y todos mis tíos, de padre
y madre, eran santafereños”.
¿Entonces lo suyo es más bien cuestión de rebeldía?
“Yo creo que más por gusto, porque desde pequeño me gustó el
color azul. Me parecía sobrio, llamativo, elegante”.
¿Sin ser todavía hincha de Millonarios?
“Sí, ese fue un precedente. Ya cuando vi los equipos en la
cancha me incliné por el del color azul”.
¿Y recuerda con qué partido recibió el bautizo de hincha de
Millonarios?
“Pues el primer partido que vi de Millonarios fue al
comienzo de los 60, contra el Medellín, en Bogotá. Esa tarde ganamos 2-1”.
¿Qué figuras se destacaban en ese entonces?
“Ese equipo fue el que conquistó cuatro campeonatos seguidos por esa época. Todas las figuras eran estrellas. No había uno malo. Se
destacaban: Pablo Centurión en el arco, el ‘Pibe’ Díaz, Carlos Bolla
(argentino), ‘Maravilla’ Gamboa, Marino Klinger, Genaro Benítez, entre otros”.
¿No fallaba partido en ‘El Campín’?
“Al comienzo, no; pero mi papá, siendo santafereño, me
llevaba a ver a Millonarios, como un gesto respetuoso de mi gusto”.
¿Y cómo fue después la relación padre e hijo en todos esos
años con respecto a los equipos?
“Era simpatiquísima, empezando porque los hinchas comían en
el mismo plato y se sentaban en la misma tribuna. De modo que entre padres e
hijos era la mejor camaradería, con las consabidas puyas y la tomadura de pelo,
pero con el mayor respeto. El fútbol se entendía y se disfrutaba desde una
perspectiva sana, sin odios ni revanchismos”.
¿En qué momento se alborotó la barbarie?
“Eso ya fue en los 80, y tiene que ver con el fenómeno de la
penetración del narcotráfico en los equipos de Colombia, y usted sabe que donde
se inocula el virus de la droga, se daña todo”.
¿Qué tenía Millonarios de especial que ganaba casi todos los
torneos y sobresalía a nivel internacional, como cuando le ganó al Real Madrid?
“Básicamente, grandes dirigentes, que pensaban en el auge
del equipo. Se promovían contrataciones de primer nivel, y en consecuencia
todos esos éxitos y triunfos internacionales hicieron que creciera la
hinchada”.
¿De qué técnicos sobresalientes hace memoria?
“No lo alcancé a disfrutar, pero uno de los más grandes ha
sido don Adolfo Pedernera en la época de El Dorado. Posteriormente fue el
técnico que llevó a Colombia por primera vez a un Mundial: Chile 62”.
¿Qué reminiscencias de oídas hace de Alfredo Di Stefano?
“Aunque no tuve el privilegio de verlo jugar sí dan fe de su
grandeza todos los escritos de Colombia, Latinoamericana y España”.
¿Qué ha sabido de él últimamente?
“Por su edad, 85 años, tiene quebrantos de salud y vive en
Madrid, y es presidente honorario del Real Madrid”.
¿Cuáles triunfos memorables son los que más ha disfrutado?
“Los campeonatos del 72, 78, 87 y 88, y finalmente el de
2012, cuando al fin conquistamos la estrella 14”.
Pasaron 24 años para que se lograra esa nueva estrella. ¿Qué
sucedió en todo ese tiempo con el equipo?
“Básicamente hubo un cambio generacional en los directivos,
los que llegaron pensaron más en sus beneficios personales que en continuar con
la política que habían seguido los fundadores del club: que era engrandecer el
equipo para beneficio de su fanaticada, que es la que nos sostiene”.
¿En qué momento se da a la tarea de sentarse a escribir su
libro: ‘1001 anécdotas de Millonarios’?
“Yo a lo largo de la vida he venido recopilando información
sobre nuestro equipo y en el año 2011 tuve la inquietud de publicarlo, porque
la literatura que existe de los equipos colombianos es muy poca y me preocupaba
que muchos datos históricos, personas y detalles que hicieron grande al club,
se evaporaran en el olvido”.
¿Con qué anécdota comienza?
“El formato de esta narración es que no obedece a una
cronología, pensando en las nuevas generaciones de hinchas. Las anécdotas se
escribieron de manera deliberada para no cansar a los lectores y son contadas
lo más ameno posible”.
¿De todas, cuál es la anécdota más curiosa que plasma?
“Eso depende de la forma como se enfoque la lectura. Hay por
ejemplo damas a quienes les llama mucho la atención el régimen alimenticio de
los jugadores en la época de El Dorado, que era de lo más corriente, sin la
dieta y la tutoría nutricionista de los preparadores físicos de hoy. Más
adelante está el plato preferido de uno de los baluartes como lo fue Miguel ‘El
Nano’ Prince, una vianda muy especial que le preparaba la señora: un sancocho
ocañero para chuparse los dedos”.
Eso por el lado de culinaria, ¿y de otros aspectos?
“Se me ocurre el calzado de Néstor Raúl Rossi que era talla
46, muy difícil de conseguir en esa época. Tocaba mandar a traer los guayos de
Buenos Aires. Otro, la teñida del pelo de Miguel Ángel Converti, que para esa
época, los años 70, era un suceso rarísimo que un hombre se tinturara el
cabello”.
Se dice que Pedro ‘Peluchín’ Prospiti era un goleador
temible, inspirador de grandes anécdotas. ¿Una de ellas?
“Era afiebrado por la hípica. Cuando no había partidos los
domingos en ‘El Campín’, ‘Peluchín’ se iba para el Hipódromo de Techo, hoy
convertido en estadio. Y allí apostaba sumas importantes para la época”.
La época del recordado Gonzalo Amor: ¿también él era de
Millonarios?
“Pues yo nunca supe que se parcializara por un equipo, pero
en su tierra, Buenos Aires, fue hincha del River Plate”.
¿Hincha de Millonarios que se respete también es hincha del
Real Madrid y de River?
“En su mayoría lo son”.
¿Usted clasifica en ese orden?
“Soy hincha del Real Madrid, aunque en Argentina soy del
Huracán y de Chacarita”.
¿Anécdotas personales?
“En ese capítulo hay material como para otro libro, porque
he sudado la camiseta como buen hincha durante 52 años, pero hay otros que la
han sudado más”.
¿Cómo quiénes?
“De las antiguas generaciones vale la pena rendirle homenaje
a don Alfonso Senior, que en paz descanse; a Humberto Salcedo Junior, que aún
vive, y más contemporáneos, Juan Carlos Contreras, un colaborador permanente y desinteresado
con el club, empezando porque siempre le mete el hombro a la consecución de
patrocinio para las camisetas”.
¿Y Nohemí Sanín?
“Ella ayudó en su momento en el club, se vinculó y trabajo,
ayudando como embajadora a establecer puentes con los equipos españoles”.
¿En el libro cuenta la época negra de Gonzalo Rodríguez
Gacha?
“En este anecdotario yo me dediqué a la parte deportiva
esencialmente, porque de lo otro ya se ha escrito hasta la saciedad y lo han
contado hasta las ‘narconovelas’, no sólo de Millonarios, sino de los otros
equipos”.
¿Cómo ha visto Millonarios en la era Juan Manuel Lillo?
“Pues a Lillo lo recibimos con mucho escepticismo, pero por
su estilo de juego y los resultados logrados, nos ha ganado a todos”.
Personaje bien exótico este Lillo, ¿verdad?
“Sí, es muy singular para nuestro medio, y le ha dado un
nuevo aire al fútbol colombiano”.
También pareciera que estuviera rezado para bien, ¿no cree?
“Por lo que hemos conocido, es un gran trabajador y motiva
mucho a los jugadores que creen en su sistema. Yo pienso que esa es la base de su
éxito”.
Ahora que empiezan las semifinales, ¿cómo ve el equipo?
“Lo veo preparado con lo que tiene, aunque los rivales son
muy difíciles, pero tengo fe que Millos los superara”.
En ese orden de ideas, ¿conviene más la final con Santa Fe
que con Nacional?
“Ambas son duras, pero por Bogotá me gustaría más que la
final fuera con Santa Fe, para que la estrella se quede en la capital”.
¿Sufre como antes un partido de Millonarios?
“Siempre se sufre”.
¿Se tira los pelos, se come las uñas?
“Peor aún, el corazón es el que trabaja horas extras en el
desarrollo de cada partido”.
¿Va solo o acompañado al estadio?
“Voy con mi señora regularmente”.
¿Los hijos también le salieron ‘azulejos’?
“Mis dos hijas, Ana María y María Angélica, también nos
acompañan a los partidos”.
¿Qué es ser hincha de Millonarios?
“Es un orgullo y una satisfacción, pertenecer al mejor”.
¿Cuántas noches ha pasado en vela con sus derrotas?
“Han sido muchas, pero al otro día se recobra la fe”.
¿De casualidad tiene un compadre de Santa Fe?
“Tengo muchos amigos de Santa Fe, con quienes intercambiamos
opiniones y disfrutamos tertulias sobre este espectáculo que nos gusta tanto”.
¿Cómo le ha ido con el libro?
“Ya vamos para la quinta edición y en la Feria del Libro de
Bogotá ha funcionado muy bien”.
¿A qué columnistas sigue?
“Entre otros admiro mucho a Nicolás Samper, a Antonio
Casale, a Mauricio Silva a Henry Jiménez, y en el exterior a Jorge Barraza”.
¿Y a usted no le ha inquietado seguir los derroteros de
comentarista?
“Todavía trabajo, pero esa es una meta que tengo en remojo
para un futuro cercano: los micrófonos”.
¿Cuántas camisetas de Millonarios tiene?
“Yo creo que por ahí unas veinte”.
¿Qué más tiene azul?
“Una buhardilla en la que tengo muchos recuerdos del equipo
y del fútbol en general”.
¿Y el cuartito íntimo también es azul?
“No, porque la patrona lo mandó a pintar de un color más
neutro”.
No me diga, doctor, ¿en la casa manda su mujer?
“Como en la mayoría, no seré yo la excepción”.
Vídeo Millos Campeón, por Antonio Casale:
Vídeo crónica de la estrella 14:
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