Juan Guillermo Zapata, el popular 'Carroloco' de Sábados Felices, hincha ferviente del AtléticoNacional. Foto: Alejandra Triana |
Ricardo Rondón Ch.
Si algo en la vida se ha tomado en serio es su familia, su señora esposa, sus hijos y el fervor que desde niño ha profesado, en las buenas y en las malas, por su equipo del alma.
Ahí donde lo ven, songo sorongo, en el libreto y ante cámaras, con sus parodias y sus más de tres mil cuentos de todos los calibres, se esconde un hincha en su pulpa y túetano, desde los tiempos en que lucía pantalones cortos, medias blancas hasta la rodilla y calzonarias.
Es Juan Guillermo Zapata, el popular cuentachistes y comediante de 'Sabados felices', como buen paisa (del barrio Manrique, nada menos), seguidor ferviente del "glorioso Nacional", su gran orgullo en el pecho, cuando viste la camiseta en cada partido.
Así nos los hizo saber, entre chiste y chanza, en las preliminares del partido ante Cali, en busca de la estrella trece.
Suena el silbato.
¿Desde cuándo la fiebre por el verde verde?
"Mis primeros pasos, y esto sí es en serio, los di hacia el 'Atanasio Girardot'. Yo vivía en el barrio Manrique, un barrio que tiene tantas lomas, que mis hermanas se ponían los zapatos con los tacones adelante".
¿Qué año era?
"Estamos hablando de comiezos de los años 80".
¿Se acuerda del primer partido del Nacional?
"Sí, fue justamente un clásico con el Medellín. Ese día el verde perdió 2-1".
¿Y usted salió llorando?
"No. Todo lo contrario, me dio más berraquera porque en medio de la derrota vi que El Nacional tenía mucha garra y la esperanza florecida".
¿Quién lo llevaba al estadio?
"La gallada, que llamábamos, porque mi papá no me alcahueteba la boleta. Entre todos hacíamos 'vaca' y entrábamos".
¿Cómo era vivir un partido en el 'Atanasio Girardot' en esa época?
"Una emoción de principio a fin. Reuníamos plata hasta para comprar pollo y como éramos tantos y yo era el más chiquito, sólo me dejaban las patas y las plumas".
¿De qué cracks de época se acuerda?
"Del peruano César Cueto, de Guillermo 'El Tanque' La Rosa, de Pedro Sarmiento y de un arquerazo como Raúl Navarro, entre otros figurones que han hecho historia".
¿De tantos, un partido del Nacional que recuerde con lágrimas?
"Qué más que el título de la Copa Libertadores ante Olympia de Paraguay, en El Campín, el 31 de mayo de 1989. Dos golazos del 'Palomo' Usurriaga, alma bendita".
¿Cuál de todas las estrellas es la que más ha celebrado?
"La cuarta estrella, en 1981, contra el América, en el 'Atanasio Girardot'. Ese día, de la felicidad, me salí del grupo y me perdí en las afueras del estadio. Fue el día que más lloré, tanto por el triunfo, como por la extraviada".
¿Cómo sufre un partido?
"El día anterior me corto las uñas para no comérmelas. Y si lo veo por televisión, me empujo un cuarto de aguardiente porque no aguanto la catarsis. Hasta taquicardia me ha dado"
¿Y en su casa todos son del mismo equipo?
"Gracias a Dios, aunque mi hermano Lucas, el estilista, siempre me ha despertado mis dudas...".
¿Y es que no usa nada verde?
"Sólo las balacas. Lo demás es rosado".
¿Usted nunca lo intentó con el fútbol, 'Carroloco'?
"Sí, pero en el play station. Desde la vez que me mandaron a cobrar un tiro libre y no me lo pagaron, renuncié a todo intento".
¿Cómo es su parafernalia de hincha?
"Cuando estoy en Medellín nunca me falta la camiseta original, el poncho, el carriel y el sombrero. Tengo la colección de camisetas del Nacional cuando lo patrocinaba el Hotel Nutibara y hasta la de Postobón de nuestros días".
¿Tiene chistes del Nacional?
"En el partido anterior, Nacional-Itaguí, un paisa le apostó doscientos mil pesos a un pastuso a que Jeferson Duque botaba un penal. Y el pastuso le apostó doscientos mil a que no lo botaba. Ambos lo estaban viendo por televisión. Cobró Duque y efectivamente lo botó. El paisa se echó los cuatrocientos mil al bolsillo. Ya terminado el partido, el paisa le dijo al pastuso: 'tenga le devuelvo sus doscientos, me da pesar tumbarlo. Ese partido fue anoche. Yo lo vi en el estadio. Y este que estamos viendo, es en diferido'. A lo que el pastuso le respondió: 'Yo también lo vi anoche en el estadio, pero nunca creí que Jeferson Duque fuera capaz de botar ese penal dos veces seguidas'".
¿Cuál es el mejor técnico que en su opinión ha tenido el Nacional?
"Maturana marcó una época. Pero Juan Carlos Osorio nos tiene al borde del colapso con tanto triunfo".
¿Tiene alguna superstición con el equipo?
"Siempre le ponía una imagen de yeso del Divino Niño al lado del televisor. En alguna ocasión me lleve esa imagen para el estadio y me la decomisaron a la entrada con el argumento de que se la podía poner en la cabeza al árbitro".
¿Su esposa lo acompaña a ver los partidos?
"Ella me vive cantaleteando que la cambié por el fútbol y se enciende tanto la disputa que terminamos definiendo el problema a los 'penaltys'".
¿Grita mucho?
"Y no necesariamente viendo un partido. Basta que yo me tome una copa para arrancarse a gritar".
¿Qué mensaje le envía a las barras bravas, a la violencia en los estadios?
"¿Qué prefiere usted: una tercera guerra mundial o un mundial de fútbol?".
Por supuesto que un mundial de fútbol...
"Entonces no convirtamos el fútbol en una guerra. Aunque usted no lo crea, mis grandes amigos son de Millonarios y de Santa Fe. Comparto con ellos muchos partidos en casa. El fútbol debe volver a ser el mejor vínculo para hacer amistades y pasarla sabroso. No más violencia en los estadios, les recomienda 'Carroloco'".
Para rematar, ¿se puede saber cómo son sus 'tiros de esquina'?
"Eso depende del ánimo de mi mujer".
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