domingo, 26 de marzo de 2017

Un 'Indestructible' Cigala en su Salsa

En su periplo por las músicas del mundo, el tango, el bolero, el latin jazz, El Cigala deja ahora su impronta con la Salsa, pese a las críticas y a la división de opiniones. Foto: Web El Cigala
Ricardo Rondón Ch.

¿Cómo se puede gozar un gitano en su hondura, en su quejío, en los laberintos de su melancolía, un género musical como la Salsa, estridencia cromática del cuerpo y del espíritu, sin ceremonias ni rituales, que se puede desandar con los pasos sedosos de un rufián de tugurio como Juanito Alimaña, o como el mismo Pedro Navaja, con el tumbao que tienen los guapos al caminar?

Fue el ejercicio de meditación que en un principio se hizo el poliédrico cantaor flamenco, cuando se propuso rendirle un homenaje a la esencia de la música latina, él, que a lo largo de su prolífica y exitosa carrera ha bebido en las fuentes del tango, del bolero, del latin jazz, con extraordinarios resultados discográficos y localidades al tope en prestigiosos escenarios del mundo. ¿Quién le ha recriminado?

Ese interrogante ya venía flotando en el imaginario de Diego Ramón Jiménez Salazar (Madrid, España, 1968), que es su gracia bautismal, cuando grabó su emblemático Lágrimas negras con el piano de un grande y memorioso Bebo Valdés (padre de Chucho), que fue el despertar de una hermandad, no sólo con el veterano pianista fallecido, sino con ese piano que alguien tocaba detrás del horizonte, como describió a Cuba el recordado Eliseo Alberto en su laureada novela Caracol Beach (Premio Alfaguara 1998).

'Indestructible', un viaje de ida y vuelta por las capitales salseras del mundo, de Nueva York a San Juan Puerto Rico, pasando por Punta Cana y Cali. Foto: Web El Cigala
Cuba, cuna ancestral  y por derecho propio de la Salsa, referente e inspiración de varias generaciones de músicos, compositores, cantantes, adeptos y coleccionistas de un pool de nacionalidades, ha sido para El Cigala una querencia frecuente en los últimos años, y una bitácora en la búsqueda que él se propuso para sumergirse sin escafandra en sus orígenes y en su desarrollo, hasta encontrar el esmeril indicado para bruñir una joya musical con el gusto y la afinidad, pero más con el respeto que a él le merecen sus creadores e intérpretes.

Ese fue el génesis de Indestructible, El Cigala en tiempo de Salsa, pauta de debate y división de opiniones para estudiosos y ortodoxos (que han calificado su nueva producción como un atrevimiento), y la admiración de quienes lo siguen desde 1997 -me incluyo-, cuando Diego sorprendió en la palestra, primero con el flamenco en su pureza, y luego, paulatinamente, en ese itinerario de sus probaturas con riquezas musicales del mundo, particularmente las de Latinoamérica: el tango, el bolero y el latin jazz.

En Indestructible, El Cigala extrae filigranas y vivencias de la melodía que han inspirado por años a letristas de la talla de Tito Curet, René Touzet, el mismo Cheo Feliciano, y Ray Barreto (este último a quien el gitano, entre otros homenajes, pone de presente en el primer corte y en el título del compilado), y a todas voces la memoria imperecedera de un Héctor Lavoe, la Sonora Ponceña y Fania All Star, vaticano de la música latina.

Con Omara Portuondo, una de sus entrañables amigas, y pilar de su inspiración en el son y el bolero. Foto: Web El Cigala 
En esta, su nueva aventura, El Cigala recorrió y grabó partes del álbum en destinos icónicos de la Salsa como San Juan (Puerto Rico), La Habana (Cuba), Punta Cana (República Dominicana, donde está radicado), Nueva York y Miami (Estados Unidos), y por supuesto, el paradero salsero ineludible que representa Cali (Colombia).

La Sultana del Valle, en su parecer, fue una de sus estaciones de mayor apego y provecho, luego de relacionarse con José Aguirre, virtuoso músico, trompetista, arreglista y director de la Cali Big Band, quien le aportó, además su calor humano, la clave, el goce y la malicia generacional de este ritmo que se apoderó para siempre de la ciudad, en los albores de los años 70.

Y con Aguirre, veintidós curtidos músicos de Fania que llevaban lustros sin reunirse: Larry Harlow, Roberto Roena, Nicky Marrero, Jorge Santana, Gonzalo Rubalcaba, Eddie Montalvo, Diego del Morao, Luis Perico Ortiz, el genial Bobby Valentín, Horacio El Negro, y Los Muñequitos de Matanza, todos ellos con Óscar D’León y Omara Portuondo -a sus años- columnas base de esta producción que fue rematada en Jerez de la Frontera (España), con los agregados de cajón, coros, guitarra y palmas flamencas. Y un documental de todo ese periplo que se estrenará a mediados de abril.

Un agorero Cigala que, como buen gitano, las manos 'bañadas' en oro,  pone en el caldero. Foto: Web El Cigala
Indestructible también tiene una dolorosa razón de ser en cuanto a su nombre se refiere, un trago amargo, varios cernidos en ajenjo. Justo en las fechas en que El Cigala echaba a rodar el proyecto con el tren antes nombrado, fallecía en agosto de 2015 su esposa Amparo Fernández, veintiséis años a su lado, madre de sus tres hijos: Johnny (22), Diego (19), Rafael (11). Al año siguiente, en octubre, partiría su señora madre, Aurora Salazar Motos.

Cuando el mundo se le desmoronaba a sus pies por tan lamentables pérdidas, el alma flamenca del cantaor equilibraba las cargas. Así, Indestructible se fue macerando con las Lágrimas negras de los tiempos de Bebo Valdés, las noticias funestas de un Periódico de ayer, el Cómo fue desesperado de Ernesto Duarte Brito que inmortalizó Benny Moré, Conversación en tiempo de bolero, y un Juanito Alimaña que dice El Cigala le costó un pucho de la vida en su interpretación, entre los once cortes que integran el álbum, la mayoría con ese quejío aflamencado que no le perdonan los ortodoxos salseros, los mismos que condenan a la pira a Marc Anthony y se rasgan las vestiduras ante Maelo Ruiz y Bazurto All Star.

De ese parto con cesarea a la fecha, han pasado por Indestructible y por la vida personal del hijo del barrio El Rastro de Madrid, varios pasajes de ida y vuelta no tan desventurados, como cuando grabó, cantó y lloró a lágrima vida por sus irreparables añoranzas.

'Indestructible' pasó por el alambique de los tragos amargos de la fatalidad: las pérdidas, en menos de un año, de su señora madre y de su esposa Amparo. Foto: Web El Cigala  
Manuel, su cuarto crío, que nació el pasado 27 de diciembre, fruto de su relación con Dolores ‘Quina’ Méndez, bella y virtuosa cantaora de flamenco de Jerez de la Frontera, a quien conoció en un concierto, se ha encargado de acomodarle las cargas pesadas de la vida.

Con Quina y con su pequeño adelanta su gira Indestructible, que llega a Colombia, acompañado de la Cali Big Band de José Aguirre, el 25 de marzo en el Teatro Universidad de Medellín, el 28 de marzo en el Teatro ‘Jorge Eliécer Gaitán’ de Bogotá, el 31 de marzo en el ‘Teatro Adolfo Mejía’ de Cartagena, el 1° de abril en el Teatro ‘Los Fundadores’, de Manizales,  el 4 de abril en el Teatro ‘Jorge Isaacs’ de la capital del Valle.

Al Cigala, con respeto de los expertos de la Salsa y de su radicalismo a ultranza, se le abona en Indestructible su originalidad (sin pretensiones de emular o de seguirle los pasos a nadie), su carisma, con ese imán característico en él donde lo pongan; su impronta de fuego, siempre haciendo lo que sabe hacer, cantándole al mundo y a la vida sin pudores ni temores, sin mirar atrás, atreviéndose quizás a lo que otros ven como imposible, eso sí, con el respeto, como él subraya, por lo creado, lo interpretado; y algo trascendental, por ese coraje de los gitanos con sus compromisos, por su devoción con el público, como el día de la muerte de su Amparo, cuando a la noche salió a cumplir un concierto que ya tenía firmado en Los Ángeles.

Postal de grata recordación: El Cigala y el director de La Pluma & La Herida. Archivo particular 
Enhorabuena El Cigala con Indestructible, su sincero homenaje a la Salsa. Ratifica el ibérico que se puede sumar cualidades y emociones, sin pretender mejorar lo inmejorable.

Indestructible, también, porque el tiempo nunca podrá borrar el legado y la riqueza musical de la Salsa, un género que no traza fronteras.

(¿Y qué decir entonces de las más de 500 versiones que se han hecho de la Guantanamera?).

Temas de Indestructible

1. Moreno Soy: bit.ly/2nq3Fu7

2. Juanito Alimaña: bit.ly/2nCPH8A

3. Conversación en tiempo de bolero (con Gonzalo Rubalcaba): bit.ly/2nXo37c

4. El paso de Encarnación (con Óscar D'León): bit.ly/2o79efa

5. Periódico de ayer: bit.ly/2n6wtUU

6. Fiesta para Bebo (con los Muñequitos de Matanza): bit.ly/2nqd04U

7. Se nos rompió el amor: bit.ly/2nqfArT

8. Indestructible: bit.ly/2nkT3Lb

9. El ratón: bit.ly/2n6CPU5

10. Hacha y machete: bit.ly/2nUxX9p

11. Cómo fue (con Gonzalo Rubalcaba): bit.ly/2n6BQU6
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