sábado, 27 de abril de 2019

Preguntan en la Filbo: "¿En Portugal hacen el amor con los libros?"

El bibliotecólogo portugués Nuno Marçal, presente en la Filbo 2019, explica las bondades del Bibliomovel, vehículo de cultura participativa para todos los públicos. Foto: bibliotecarios.es 
Eduardo Yáñez Canal

Nuno Marçal, bibliotecario del país luso, responde, enfático, que no. Todo ocurrió en Santiago de Chile, cuando alguien tradujo “pasar hojas” como “hacer el amor”.  Y Marcal llegó a la Feria Internacional del Libro de Bogotá, dispuesto a desfacer entuertos.

Por eso, explica que todo se convirtió en un mito urbano que debía ser corregido. Sin embargo, aquí nos atrevemos a contradecirlo en parte, puesto que el proyecto de Bibliomovel de su país sí trabaja con amor por los demás.
  
El viene en representación de Proença -a- Nova, un municipio de Portugal donde se puso en marcha el proyecto de biblioteca móvil que recorre los pueblos. Se trata de una iniciativa que empezó a ventilarse en 2003, cuando los incendios forestales arrasaron territorios del interior. Se produjo la fuga de muchas personas, en su mayoría jóvenes. Quedaron los ancianos pues no existían ya escuelas y los menores buscaron poblaciones del litoral próspero para aprender y encontrar mejores oportunidades.

Todo se concretó hace trece años, cuando se compró el vehículo. Marçal fue el conductor y el 26 de junio de 2006 visitó el primer pueblo: Albito Florelia. En la plaza encontró a siete hombres mayores sentados en el área central. Se acercó a hablarles, y uno de ellos lo dejó comentar del proyecto hasta que le dijo:

Modelo del bibliomovel comunitario en el país luso. Foto: bibliotecarios.es
“Mire, amigo, aquí tendrá poca suerte, pues cuatro no saben leer, a otro no le interesa y el sexto solo mira mujeres en el periódico. Yo leo, pero con dificultades y lentamente. Aquí su negocio no funcionará”.

Sin embargo, el bibliotecario no se amilanó, fue hasta su carro, sacó revistas y se puso a conversar con ellos. Lo cierto fue que a la medianoche estaba en casa de uno de ellos comiendo y hablando de escopetas. La anterior es una de las acciones de esta biblioteca que rompe esquemas y no se limita a ser simple recipiente de libros y revistas.

En sus inicios, el propósito era visitar cuatro pueblos cada día. Pero solo pudieron visitar Albito Florelia. Es decir, Nuno Marçal, puesto que viaja solo y debe hacer de conductor, enfermero, electricista y hasta consejero matrimonial. La iniciativa, que contemplaba visitar veintiocho pueblos en un mes, hoy visita cincuenta pueblos con dos rutas establecidas.

En el móvil se llevan 1.500 libros, 160 DVD, cuatro periódicos (generales, de deportes, información regional y local) nueve revistas (de culinaria y bordados) así como publicaciones diversas de caza, pesca, música y semanarios informativos. Pero el proyecto no se limita a los objetos. Es así como cada cierto tiempo, con motivo de celebraciones locales, a Marçal lo acompañan acordeonistas que prenden la fiesta.

Además, se hace la recogida, preservación y divulgación del patrimonio inmaterial con base en la recopilación de leyendas, recetas de cocina, remedios caseros y canciones. Otra iniciativa importante es el propósito de comunicar a la gente, pues los pobladores pueden hacer llamadas de video o conferencias de larga distancia en el móvil. También les facilita obtener documentos de identificación así como ayudar a quienes deben cumplir con fechas establecidas para presentar declaraciones de impuestos.

Marçal durante su intervención en la Feria Internacional de Libro de Bogotá. Foto: Eduardo Yáñez Canal
“Tenemos servicio de datáfono para pagos en línea. Al principio, me tocaba a mi hacer de mensajero y eso era demorado, producía gastos y tiempo extra para solucionar los inconvenientes que se presentaban. Pasamos entonces a este sistema cuyo pago se efectúa con tarjetas” anota el bibliotecario.

Por último, se les ocurrió la idea de trabajar en equipo con la Unidad Móvil de Salud del municipio. Es así como efectúan jornadas de salubridad para tomas de la tensión arterial, medir el colesterol y obtener muestras de glicemia en los diabéticos. En algunos pueblos solo se demoran cinco minutos por su poca población y en otros están más tiempo. También la movilización varía puesto que hay pueblos a una hora de distancia mientras otros están a cinco minutos por carretera.

Bibliomovel, de la provincia de Proença-a-Nova sigue adelante. Y aunque ya no están aquellos veteranos que lo recibieron en su primer pueblo, el bibliotecario los recuerda con cariño pues insiste en que el programa resalta los valores familiares y trabaja por la formación comunitaria. Es un servicio que sabe que la gente es su principal objetivo.          

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