El bibliotecólogo portugués Nuno Marçal, presente en la Filbo 2019, explica las bondades del Bibliomovel, vehículo de cultura participativa para todos los públicos. Foto: bibliotecarios.es |
Nuno
Marçal, bibliotecario del país luso, responde, enfático, que
no. Todo ocurrió en Santiago de Chile,
cuando alguien tradujo “pasar hojas” como “hacer el amor”. Y Marcal
llegó a la Feria Internacional del Libro de Bogotá, dispuesto a desfacer
entuertos.
Por eso, explica que todo se convirtió en un mito urbano
que debía ser corregido. Sin embargo, aquí nos atrevemos a contradecirlo en
parte, puesto que el proyecto de Bibliomovel
de su país sí trabaja con amor por los demás.
El viene en representación de Proença -a- Nova, un municipio de Portugal donde se puso en marcha
el proyecto de biblioteca móvil que recorre los pueblos. Se trata de una
iniciativa que empezó a ventilarse en 2003, cuando los incendios forestales
arrasaron territorios del interior. Se produjo la fuga de muchas personas, en
su mayoría jóvenes. Quedaron los ancianos pues no existían ya escuelas y los
menores buscaron poblaciones del litoral próspero para aprender y encontrar
mejores oportunidades.
Todo se concretó hace trece años, cuando se compró el
vehículo. Marçal fue el conductor y
el 26 de junio de 2006 visitó el primer pueblo: Albito Florelia. En la plaza encontró a siete hombres mayores
sentados en el área central. Se acercó a hablarles, y uno de ellos lo dejó comentar
del proyecto hasta que le dijo:
Modelo del bibliomovel comunitario en el país luso. Foto: bibliotecarios.es |
“Mire, amigo, aquí tendrá poca suerte, pues cuatro no
saben leer, a otro no le interesa y el sexto solo mira mujeres en el periódico.
Yo leo, pero con dificultades y lentamente. Aquí su negocio no funcionará”.
Sin embargo, el bibliotecario no se amilanó, fue hasta su
carro, sacó revistas y se puso a conversar con ellos. Lo cierto fue que a la
medianoche estaba en casa de uno de ellos comiendo y hablando de escopetas. La
anterior es una de las acciones de esta biblioteca que rompe esquemas y no se
limita a ser simple recipiente de libros y revistas.
En sus inicios, el propósito era visitar cuatro pueblos
cada día. Pero solo pudieron visitar Albito
Florelia. Es decir, Nuno Marçal,
puesto que viaja solo y debe hacer de conductor, enfermero, electricista y
hasta consejero matrimonial. La iniciativa, que contemplaba visitar veintiocho
pueblos en un mes, hoy visita cincuenta pueblos con dos rutas establecidas.
En el móvil se llevan 1.500 libros, 160 DVD, cuatro periódicos (generales, de
deportes, información regional y local) nueve
revistas (de culinaria y bordados) así como publicaciones diversas de caza,
pesca, música y semanarios informativos. Pero el proyecto no se limita a los
objetos. Es así como cada cierto tiempo, con motivo de celebraciones locales, a
Marçal lo acompañan acordeonistas
que prenden la fiesta.
Además, se hace la recogida, preservación y divulgación
del patrimonio inmaterial con base en la recopilación de leyendas, recetas de
cocina, remedios caseros y canciones. Otra iniciativa importante es el
propósito de comunicar a la gente, pues los pobladores pueden hacer llamadas de
video o conferencias de larga distancia en el móvil. También les facilita
obtener documentos de identificación así como ayudar a quienes deben cumplir
con fechas establecidas para presentar declaraciones de impuestos.
Marçal durante su intervención en la Feria Internacional de Libro de Bogotá. Foto: Eduardo Yáñez Canal |
“Tenemos servicio de datáfono para pagos en línea. Al
principio, me tocaba a mi hacer de mensajero y eso era demorado, producía
gastos y tiempo extra para solucionar los inconvenientes que se presentaban.
Pasamos entonces a este sistema cuyo pago se efectúa con tarjetas” anota el
bibliotecario.
Por último, se les ocurrió la idea de trabajar en equipo
con la Unidad Móvil de Salud del
municipio. Es así como efectúan jornadas de salubridad para tomas de la tensión
arterial, medir el colesterol y obtener muestras de glicemia en los diabéticos.
En algunos pueblos solo se demoran cinco minutos por su poca población y en
otros están más tiempo. También la movilización varía puesto que hay pueblos a
una hora de distancia mientras otros están a cinco minutos por carretera.
Bibliomovel, de
la provincia de Proença-a-Nova sigue
adelante. Y aunque ya no están aquellos veteranos que lo recibieron en su
primer pueblo, el bibliotecario los recuerda con cariño pues insiste en que el
programa resalta los valores familiares y trabaja por la formación comunitaria.
Es un servicio que sabe que la gente es su principal objetivo.
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