viernes, 26 de abril de 2019

Martín Caparrós: "El periodismo brinda la oportunidad de mostrar lo que otros no quieren ver o no quieren que se sepa"

El escritor argentino Martín Caparrós, uno de los invitados de lujo en la 32° Feria Internacional del Libro de Bogotá, 'Colombia, 200 años'. Foto: Prensa Filbo
Eduardo Yáñez Canal

Martín Caparrós es un hombre satisfecho. Sobre todo, porque hace lo que le gusta, y lo admite con sonrisa simple que adorna su bigote blanco. Periodista, novelista, ensayista e historiador, disfruta mucho cuando investiga y escribe sus vivencias del mundo donde afloran Latinoamérica y sus ciudades, desafíos y miserias, corrupción e historia, producto de un periodismo que no abandona.

“Creo que vale la pena ser periodista, si tienes la decisión de hacerlo como te gusta. Sí, pelear por hacer lo que te gusta es muy estimulante. Las nuevas generaciones nos ven ahora, después de treinta, cuarenta o más años de trabajo, y piensan que todo fue fácil. Ignoran lo que nos tocó luchar para lograr lo que hemos hecho”.

Caparrós habla con Alberto Salcedo Ramos en el auditorio José Asunción Silva durante Filbo 32, en Bogotá, y no duda en admitir que falta mucho para llegar a certezas. Por eso, cuando su interlocutor le pregunta por la opción de contar la aldea, eslogan de su encuentro, apela primero a las anécdotas y luego a confesar sus dificultades.

“Me acuerdas de Miguel Hernández, el poeta español muerto en prisión después de la guerra civil. Él fue como la esponja de mis ideas a los veinte años, cuando tuve la oportunidad de acompañar a un director argentino exiliado en París en su propósito de hacer una película sobre los poemas de Hernández.

Martín Caparrós: "El periodismo te brinda la oportunidad de mostrar lo que otros no quieren ver o no quieren que se sepa". Foto: CNN 
Hubo que hacer un contrato con su esposa y su hijo -que no conoció a su padre-, para usar los textos y definir el derecho al veto y la parte económica para la familia. Así que fuimos a Elche, donde vivía la viuda. Era una señora flaca, chiquita, vestida de negro, que nos recibió en un sillón que estaba delante del afiche de Miguel Hernández con un extracto de su poesía, donde reinaba el erotismo del poeta a su amada”.

Caparrós y el director oyeron las quejas de la viuda sobre el guion que mostraría un amor de juventud. En esos momentos llegó el hijo con pinta de malandro: camisa abierta, pantalones apretados, pulseras y collares, disculpándose porque su carro se había averiado. Apartó un momento al director y le dijo que no hiciera caso a su madre. “Lo importante es que sigan adelante -anotó- y pongan viejas empelotas porque eso es lo que atrae público”.

En síntesis, concluye el escritor argentino, no se hizo la película. Retoma entonces su discurso para confesar que todo lo lleva a tener dificultades para definir la aldea. Recuerda cómo pintar los problemas del hambre no bastaba en su libro publicado en 2014. Había que entender los mecanismos y las interrelaciones para no caer en una pornografía de la miseria.

“Por otro lado, parece que solo unos tienen derecho a mostrar los problemas del mundo y pensarlos. Y que nosotros, los suramericanos, debemos dedicarnos a lo local, regional y tal vez a lo nacional, nada más. Es así como nos autocensuramos y no nos permitimos abordar lo general”, anota convencido de la discriminación intelectual.

"Creo que vale la pena ser periodista, si tienes la decisión de hacerlo como te gusta". Foto: YouTube
Pero Alberto Salcedo Ramos insiste y observa que el periodista argentino logra elevar la aldea a lo universal, al tiempo que se apropia de las aldeas de los otros, de los lectores. Le plantea entonces el interrogante de cómo logra revelar esa luz para que los demás puedan encontrarse en su espacio territorial.

Vuelve entonces el cronista argentino a las anécdotas. Recuerda cuando el miércoles 24 de abril llegó a Bogotá y, en taxi, subió por la Avenida Eldorado para llegar al hotel que le asignó Corferias. Al ver los nuevos edificios pensó por un instante mirar en serio con el propósito de escribirlo, pero luego sonrió, pues no era su propósito y podía dedicarse a ver más con los ojos desprevenidos del turista.

“Lo contrario me sucedió cuando abordé el proyecto editorial de escribir sobre las grandes ciudades de América Latina. También, cuando visité Medellín y vi el desfile de los silleteros en la Feria de las Flores. No entendía por qué tenían que doblar la cintura llevando un objeto para el placer de otros. Es triste, da vergüenza y nos habla de que todos tenemos la tradición de la explotación extrema y por eso lo raro es aplaudir para sentirnos bien, y que ellos, los que llevan las sillas, también se sientan bien”.

Salcedo Ramos resalta que el escritor argentino es el gran maestro de la crónica de viajes y capaz de mencionar la soga en casa del ahorcado. Aquí Caparrós lo contradice y dice que él la muestra en la casa del que ahorca, pues se le hace más fácil mencionar la soga. Y sobre el debate que generó su crónica de Medellín en el diario El Espectador, indicó que era importante su análisis.

 El ambicioso libro ensayo-crónicas de Caparrós, alrededor del flagelo que azota a gran parte de la humanidad. Foto: Las 2 Orillas 
Después, su interlocutor le pregunta sobre si hay una forma de contar a Latinoamérica. Admite que Salcedo Ramos ha puesto el dedo en la llaga pues lleva año y medio pensando cómo se puede contar L.A. en conjunto, pues hay ciertos rasgos de unidad, y está trabajando en eso. Ve un mar de preconceptos, y se pregunta cual sirve y cual no.

El escritor argentino relata luego cómo Bogotá fue la primera ciudad que describió con el título Bogotá, la ciudad rescatada, con la inquietud inicial de cómo hacerlo. Admite que estaba muerto de miedo, pues no sabía cómo hablar de una ciudad de ocho millones de habitantes.  Saca entonces su computador portátil y muestra el inicio de su crónica. En ella revela una ciudad donde siempre hay nubes, ya sea que brille el sol o la luna, siempre surge una nube. Luego lee la crónica donde el personaje es don Mario, un sepulturero que prefiere vivir entre los muertos, esos que ya no son viejos sino jóvenes que se enfrentan a plomo o a cuchillo. Y que no está seguro de si ahora hay menos muertos que antes.

Más adelante, los dos cronistas abordan la amabilidad o hipocresía que caracterizan a los latinoamericanos, y Martín Caparrós dice que la escala es más alta en el norte y decrece hacia el sur hasta llegar a los argentinos, a quienes califica como los más maleducados. Luego, abordan el tema de la corrupción e informan que ya está publicándose La Copa América de la Corrupción por parte de periodistas de cada uno de los países de la región. Un proyecto que en el caso colombiano difundirá pronto Editorial Planeta.

El escritor argentino siempre tiene una mirada a los grandes conflictos de la sociedad, la corrupción y el poder en el mundo, sobre todo en Latinoamérica. Foto: Clarín 
“Aunque no he llegado a conclusiones definitivas, este fenómeno tiene sus raíces en una cultura modelada por la corona española que vendía bulas y todos los elementos que permitieran a sus habitantes alcanzar un bienestar terreno o celestial. Todo se compraba, la conciencia se compraba. Es así como lo ilegal está en la matriz de nuestras instituciones, es mi hipótesis. Dicen que la corrupción no tiene ideología, pero es curioso porque no hay más ideología que la corrupción”.

Aquí interviene Salcedo Ramos afirmando que todos corrompen para gobernar. Y recuerda un aforismo mexicano que dice que el que no tranza no avanza. Vuelve Caparrós a recordar cómo con la desaparición del Partido Revolucionario Institucional (PRI) fue desalojado del poder: la gente estaba confundida porque no sabían a quién pagarle la mordida. Concluye entonces que lo que parece intrínseco y es tan natural resulta lo más difícil de cambiar. Solo resta entonces encarar cambios fuertes.

Por último, los cronistas abordan si vale la pena ser periodista hoy. Admite el argentino que lo que están en crisis son los grandes medios de comunicación, pero no el periodismo que todavía tiene mucho que contar. Y lo está logrando sin depender de nadie, afirmando su libertad de mostrar lo que otros no quieren ver o no quieren que se sepa.

Otro conversatorio de Martín Caparrós en la Filbo: Patria y fútbol
Sábado 27 de abril de 2019, Pabellón 5, ¡Que Viva la Música!, 3:00 PM
Conversaciones que le cambiarán la vida: En una frase del cuento Luvina, de Juan Rulfo, el maestro le decía a los habitantes del pueblo que la patria era la madre del país y ellos contestaban: “Este país no tiene madre”. En Todo por la patria, Martín Caparrós disertará sobre la frágil construcción de la idea de patria y de cómo el fútbol es uno de los rasgos más claros de identidad nacional en gran parte de Latinoamérica. Modera: Santiago Rivas.

Prográmese aquí con su familia en la Filbo 2019: bit.ly/2p4um78
Share this post
  • Share to Facebook
  • Share to Twitter
  • Share to Google+
  • Share to Stumble Upon
  • Share to Evernote
  • Share to Blogger
  • Share to Email
  • Share to Yahoo Messenger
  • More...

0 comentarios

 
© La Pluma & La Herida

Released under Creative Commons 3.0 CC BY-NC 3.0
Posts RSSComments RSS
Back to top