Fútbol y literatura, los platos fuertes de la Filbo 2018, con Argentina, país invitado de honor, de la mano del historiador, y laureado guionista y novelista, Eduardo Sacheri. Foto: Filbo 2018 |
El
arrabal es el reflejo de nuestro tedio. / Mis pasos claudicaron cuando iban a
pisar el horizonte / y quedé entre las casas cuadriculadas en manzanas /
diferentes e iguales / como si fueran todas ellas monótonos recuerdos repetidos
/ de una sola manzana. / El pastito precario, desesperadamente esperanzado, /
suplicaba las piedras de la calle / y divisé en la hondura los naipes de
colores del poniente / y sentí Buenos Aires. / Esta ciudad que yo creí mi
pasado es mi porvenir, / mi presente, los años que he vivido en Europa / son
ilusorios, / yo estaba siempre (y estaré) en Buenos Aires.
Como una suerte de pasegol
del sabio Borges en estos versos
de Arrabal de su Fervor de Buenos Aires al Embajador de Argentina en Colombia, señor
Marcelo Stubrin, el diplomático pone
el balón en el círculo de mitad de cancha para hacer el saque de honor como
país invitado a la 31° edición de la
Feria Internacional del Libro de Bogotá, que este año, en el recinto de Corferias, disfrutaremos entre el 17 de
abril y el 2 de mayo.
Pluma y trazo: homenaje al querido y recordado Roberto Fontanarrosa con una exposición de sus historietas y cómics. Foto: Filbo 2018 |
Y siente el gusto de mentarlo y explicarlo con inevitable
rumor de melancolía, como él mismo se lo adjudica por su alma porteña, porque
esos son los argentinos en su autenticidad, complejidad y añoranza, y hasta en los
mitos que llevan a cuestas, entre la sátira y el goce, la proximidad y la
diáspora, porque siempre habrá un argentino de un rincón del mundo que te cite
un verso de Borges, alguien que te
ponga piedrecitas con la Rayuela de Cortázar, que te recuerde un aforismo
de Macedonio Fernández; un párrafo
de Adolfo Bioy Casares; que te
tarareé como un arrullo los tangos de Gardel
y Lepera, de Cadícamo y de Santos Discépolo; y que te enrostre que
sin Menotti, Bilardo, Kempes, Simeone, Batistuta,
Maradona y Messi, el fútbol que
se inventaron los flemáticos ingleses sería una actividad desabrida y sin
gracia.
Entonces algún rosarista
de Teusaquillo, encabritado de polémica, refutaría que si el legado del filósofo
Menotti se aplicara a la fecha, la
selección argentina no tendría tantos tropiezos por los egos de sus jugadores
empachados de euros en los glamurosos clubes europeos, y fluiría con los
compases certeros de la mejor orquesta de tango; y un paisa de Aranjuez tocado por la fiebre de los niquelados alegaría que en ninguna otra
parte del mundo, ni en Caminito,
Corrientes y Santa Fe se baila
mejor el tango como en la Casa
Gardeliana, o en los antros de rufianes, lustrabotas y damiselas de los
escasos cafetines que sobreviven en el Guayaquil
de Manuel Mejía Vallejo, donde
se masculla un lunfardo entre dientes y
el sos y el vos de la gauchería se
mezclan con el andate pues, y el yo a vos te he visto en alguna parte…,
de la montañerada.
Su majestad el tango tendrá el espacio que se merece en el Pabellón de Argentina, con orquesta, baile y voces autorizadas como la de la experta Irene Amuchástegui. Foto: Filbo 2018 |
Desde 1994, quienes por años contamos ansiosos los días cercanos a abril -con sus aguas mil-
para que se abran las puertas de la Feria
Internacional del Libro de Bogotá, estirábamos el caucho de la esperanza en
aras de que la Cámara Colombiana del
Libro y los organizadores del certamen editorial, le volvieran a hacer un
guiño a Argentina como país
invitado. Y enhorabuena que este año el anhelo se cristalizó con creces.
Nadie más entusiasta que el mismo embajador Stubrin, con su agregada cultural Jéssica Díaz, al tanto de los
preparativos y pormenores de la gran fiesta editorial capitalina (el evento que
más público acoge en la programación anual de Corferias), en lo que corresponde al Pabellón de Argentina y de su nutrida nómina de invitados: autores
de ayer y de hoy, ilustradores, caricaturistas, científicos, músicos, editores,
impresores, empresarios de la industria editorial, gastrónomos, expertos en
fútbol, y una orquesta de tango con su revista de baile, que tarde a tarde hará
las delicias del público.
Una mirada a Borges con la lente oficial de los escritores: Daniel Mordzinski. Foto: Filbo 2018 |
Hablar del mercado del libro en Argentina, particularmente en Buenos
Aires y de su icónica feria, es remitirse a la cantidad de librerías (1.190 tradicionales) que abundan por
doquier y a cualquier hora del día y de la noche en su capital, como El Ateneo Gran Splendid (próxima a
cumplir 100 años, de obligada visita para extranjeros, registrada por The Guardian como la segunda librería
más bella del mundo), el envidiable índice de lecturabilidad de su población;
los récords de producción literaria, como los 53 millones de libros -¡cifra astronómica!- que se imprimieron en
2017, y las casi 3.000 novelas que
se publicaron, sin descontar los 2.200
puntos de venta entre quioscos, supermercados y otras estrategias de
distribución, que agregado a la permanente actividad teatral, musical,
dancística, gastronómica y de galerías, hacen de Buenos Aires una de las capitales más cultas, acogedoras y
visitadas del planeta.
Acorde con la consigna de la feria para este año, Siente las ideas, y a partir del cuadre
de caja con las emociones: el amor, el placer, la alegría, pero también el
odio, el rencor, el vacío, la frustración, Argentina
sale a la cancha de la Filbo 2018 con una delegación de lujo de treinta y
dos autores, treinta artistas de distintas disciplinas, y un número similar de
editores y distribuidores, quienes intervendrán en más de sesenta actividades
culturales y académicas, y serán el centro de atracción en los 3.000 metros cuadrados que comprende el
gran pabellón del país austral, que incluye un auditorio con capacidad para 100
personas, un domo multifuncional para clases de tango, una cancha de fútbol
para divertimento de grandes y chicos, un centro de información turística, una
confortable área de vinos y gastronomía y, por supuesto, una librería, ni más
faltaba.
María Teresa Andruetto, escritora, poeta ensayista, recordada por 'Lengua madre', su bella novela, homenaje a la lectura. Foto: Filbo 218 |
El varias veces galardonado historiador, guionista y
novelista Eduardo Sacheri (primero
con el Óscar por El secreto de sus ojos -2010-, inspirada
en su novela La pregunta de sus ojos;
y seis años más tarde -2016-, ganador del Premio
Alfaguara de Novela por La noche de la Usina), además de
columnista de la emblemática y tristemente desaparecida revista El Gráfico, lleva en la camiseta el 10
de esta selección de escritores y creadores que a lo largo de la feria estarán
disertando alrededor de fútbol, de tango, de Borges, Cortázar, Bioy Casares, Pizarnik, Silvina Ocampo,
de un sinnúmero de plumas que le han dado lustre a la narrativa de su país.
Y con Sacheri,
María Teresa Andruetto, el gran Alberto Manguel (por años presidente
del Premio Hispanoamericano de Novela
Gabriel García Márquez), María Sonia
Cristoff, Andrés Neuman, Pablo de Santis, Mario Libertella, Laura Di Marco, Diego Andrés
Golombek (biólogo y divulgador científico), Pablo Bernasconi, María Verónica Ramírez, Leopoldo Brizuela, la
destacada dramaturga Claudia Piñeiro,
la experta y columnista de tango Irene
Amuchástegui, el fotógrafo de cabecera de los escritores Daniel Mordzinski, la referente
gastronómica Narda Lepes, el
polémico periodista Jorge Lanata,
fundador y director del periódico Página
12; y humoristas gráficos como Liniers
y Chanti, entre otros.
Narda Lepes, presentadora de televisión y catedrática en gastronomía, hará las delicias del respetable con los manjares de la cocina del país austral. Foto: Filbo 2018 |
También para destacar el homenaje a Roberto El Negro Fontanarrosa, uno de los creativos más
queridos y admirados en Latinoamérica y España, quien con su pluma y su trazo
le espantó el tedio y le hizo creer en la salvedad del arte, desde la sorna y
la crítica, a varias generaciones. Del recordado rosarista se presentará en el Pabellón
de Argentina una muestra de sus comics e historietas, de las más conocidas
en Colombia, la de Boogie, el aceitoso.
Desde luego que el tango y su seductor baile tendrán su espacio
propio en el pabellón argentino, esta vez con la Orquesta de Ariel Ardit, el revolucionario del fuelle Chango Spasiuk, y la Compañía en Movimiento de Analía González,
con sus fusiones e improvisaciones de tango, candombe y jazz.
Y no podía faltar el cine, el magnífico y tantas veces
laureado cine argentino, el cine de
culto de los Campanella, los Puenzo, los Solanas, los Darín y la Martel, y de tantos otros y otras que
engalanan la lista del mejor cine gaucho, fecundo semillero para Latinoamérica
y el mundo.
El Embajador Marcelo Stubrin: saque de honor en la Filbo 2018, con Argentina, su país, como invitado de honor. Foto: MinCultura |
Tener de nuevo a Argentina
jugando en la cancha de la Feria
Internacional del Libro de Bogotá, es un privilegio, una celebración en la
hermandad y la admiración que hemos compartido de muchos años atrás, cuando Jorge Luis Borges fue invitado por Álvaro Castaño Castillo a dictar una
conferencia con entrevista incluida de su esposa Gloria Valencia para la HJCK,
en la que rescatarían la memoriosa frase que aparece en Ulrica, su cuento: Ser
colombiano es un acto de fe.
Una fe que aún nos tiene en activo y palpitantes pese a
las desgracias y a la adversidad, a los obstáculos de toda índole, para vivir y
compartir acontecimientos tan gratos y estimulantes como este encuentro con la
inteligencia y la camaradería que nos brindan los autores, sus obras, la
conversación con ellos alrededor de una copa de vino o de un café; y el máximo
deleite que representa entregarnos a su mar de páginas, a esa bitácora del
misterio, el descubrimiento, la sorpresa y la sensibilidad que ofrece la
lectura y el milagro de la creación de todos los universos posibles.
Familiar en Colombia el maestro Alberto Manguel, presente en la programación cultural y académica de Argentina. Foto: Filbo 2018 |
A Argentina se
le ha cantado en muchas lenguas, estrofas y partituras, y cualquiera que pinte
canas llevará en su memoria el eco del llanto trémulo de Paloma San Basilio, en Evita,
la ópera; o el Fervor de Buenos Aires
en los hermosos versos de Borges; y
quien no, en noches de bohemia y arrabal, el Mi Buenos Aires querido en la voz de Gardel, que jamás de apaga, con los arpegios de la invencible
guitarra de Lopera.
Bienvenida la aurora
de plata, como la citó Rubén Darío:
(…) ¡Argentina!, ¡Argentina!, ¡Argentina! / sobre el
cósmico portento de obra y pensamiento / que arde en las políglotas muchedumbres;
/ sobre el construir, sobre el bregar, sobre el soñar, / sobre la blanca
sierra, / sobre la tierra, sobre la vasta mar…
Recomendado:
Entre la épica y la lírica: grandes jugadas del fútbol. Conversatorio con
Eduardo Sacheri, Alberto Salcedo Ramos y Sergio Ocampo Madrid. Miércoles 18 de
abril. Salón A de Corferias. Hora: 6:00 p.m.
Prográmese en la Filbo 2018: www.feriadellibro.com
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