La vida del abogado brasileño Nelson Paviotti gira alrededor de los colores que identifican la selección de su país. Foto: cortesía Reuters |
Ricardo Rondón Ch.
Hace justo 20 años, cuando se jugaba la copa del mundo en
Estados Unidos (1994), el abogado paulista Nelson Paviotti encaró la promesa de
que si la Selección de Brasil se alzaba con el título, el honraría, como nadie
en la historia de su país, los colores de su amada divisa.
Pocos le pararon bolas creyendo que lo de Paviotti no era
más que una retórica de buen hincha, excitado por el fervor de su equipo, con
la adrenalina que genera la máxima cita del fútbol mundial, y quizás estimulado
por unos caipirinhas de más.
Pero el jurisconsulto cumplió lo prometido, después que el
combinado brasileño se impuso a su rival de Italia, aquella memorable tarde del
17 de julio de 1994 en el estadio Rose Bowl de Pasadena, en la ciudad de Los
Ángeles, en esa suerte de ruleta rusa que son los disparos desde el punto penal.
Paviotti no podía dar crédito a sus ojos, lloró de felicidad
y asumió, a partir de ese momento, el cambio anunciado: rendir homenaje a las
tonalidades emblemáticas de su equipo. Empezó por revolucionar su ropero, poco
a poco, con la asesoría de su sastre de confianza; renovó por completo sus
trajes elegantes, atuendos deportivos, zapatos de calle, camisas, corbatas, franelas, calcetines, y hasta la ropa interior.
Sus vestidos, su ropa deportiva, sus camisas, sus corbatas, sus zapatos y accesorios, tienen la 'verdeamarela'. Foto cortesía: Reuters |
Su esposa creyó que se había chiflado, como también
coincidieron sus compañeros de trabajo en el Palacio de la Suprema Corte,
cuando el abogado marcaba la diferencia de sus colores vistosos, con los
serios y sobrios del resto de funcionarios.
Pero ahí no paró la cosa. Cumplido su cometido con las
prendas de vestir, pasó a decorar la casa con los mismos colores, por encima de
las reflexiones de su mujer, que no tuvo otro remedio que terminar aceptando
sus caprichos paulatinamente.
Paviotti remodeló en su totalidad la pintura y el decorado
de su morada: las alcobas, la cocina, los baños, la sala, el estudio, el patio
de descanso, el garaje, el mobiliario, los electrodomésticos, entre otros
enseres, toallas, manteles, sillas, cuadros, llevan en conjunto y disposición los colores
amarillos, verde y azul.
Cuando todos en la casa respiraron profundo creyendo que la
misión del jefe del hogar, hasta ahí había llegado, entraron en preocupación,
esta vez de asesoría clínica, al advertir que don Nelson se había matriculado
con una dieta especial de ingredientes naturales, frutas, legumbres,
hortalizas, quesos y demás, con los matices de la escuadra brasileña.
Esta novedosa disciplina gastronómica hizo que Paviotti
rebajara 13 kilos de peso, que él celebra satisfecho, ya que contrario a las
críticas y objeciones de sus seres queridos, lo que le ha aportado este cambio
a manteles es una magnífica salud: “Confieso que me sentía acomplejado por mi
barriga. Ahora tengo otro aire, me siento más fresco y liviano, y mucho más
saludable”, asegura.
Metódico y ordenado, con ese rigor casi que cuadriculado de
los nacidos bajo el signo Piscis con ascendente Tauro,, Nelson Paviotti, a sus
bien vividos 63 años, podría considerarse como el rey de los fanáticos, el más
elegante, y el que lleva con hondo orgullo el amor por la camiseta de su
selección, la 'verdeamarela', que de ellas tiene una ambiciosa colección, la mayoría firmadas por
algunos de los jugadores. Igual, de los mismos, una envidiable galería de
retratos, posters y caricaturas que él exhibe como trofeos de caza a los
reporteros gráficos en cada visita.
Paviotti ostenta una galería con fotos, retratos y posters de las estrellas de la Selcción e Brasil. Foto cortesía: Reuters |
La vecindad ya se acostumbró a verlo desplazarse campante en
cualquiera de los dos Volkswagen esacarabajo, por supuesto, con los colores
amarillo, verde y azul, tanto en su carrocería como en su interior, y ríanse,
hasta en su motor, con la particularidad de que hizo instalar dos parlantes
fijos en el techo del automotor, que en el trayecto señalado repican las notas
del himno nacional de la República de Brasil. A 200 metros de distancia, el
personal adscrito a la Suprema Corte ya
sabe que el abogado Paviotti está próximo a hacer su aparición por el alto
voltaje de las bocinas.
Residente en el sector de Campinas, estado de Sao Paulo, el
exótico personaje tiene fincadas las esperanzas para que Brasil se corone
nuevamente campeón en la justa mundialista que nos acontece, y que tiene como
sede su país. “Me siento como un verdadero patriota que ama a su bella nación y
que tiene mucha fe en que todo va a cambiar para bien, para que todos
disfrutemos de una mejor calidad de vida. Por eso mi pasión por la Selección,
sin dudas, la mejor del planeta y la que nos ha dejado con la moral en alto en
otras fronteras”, ratifica emocionado el profesional del Derecho.
Seguramente, Paviotti vitoreó hasta el cansancio los goles
de Neymar en el primer partido de la escuadra auriverde en su triunfo ante
Croacia, en el reciente cotejo del Arena Corinthias, de Sao Paulo. Pues ahí
está el detalle, como diría el gran Cantinflas: Paviotti acaba de hacer una
nueva promesa: cambiar su nombre de Nelson por el de Brasil, así como suena,
‘Brasil Paviotti’, si los muchachos al mando de Luis Felipe Scolari, el excéntrico 'Filipao', conquistan
la anhelada copa el próximo 13 de julio.
Pues en manos de Scolari y su combo estelar, está que el
señor Paviotti conserve o no su gracia bautismal. Porque está dicho y está hecho: el
hombre, cumple lo que promete. Y quién sabe, a futuro, con qué más sorprenderá.
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