miércoles, 30 de abril de 2014

Samuel Cabanzo Ardila, entre heraldos y blasones

El profesor Samuel Cabanzo Ardila se ha pasado la vida investigando sobre el origen y el significado de nombres y apellidos. Foto: La Pluma & La Herida
Ricardo Rondón Ch.

En el principio fue Adán y Eva, así, a secas.

Si entre el espeso y exuberante follaje hubiera aparecido la figura del profesor Samuel Cabanzo Ardila, investigador, historiador, bibliotecólogo y heraldista santandereano, lo más seguro es que los primeros padres que sembraron la simiente para que se poblara el mundo, hubieran contado con un apellido.

Qué tal, cómo les parece: Adán Parra o Eva Manzano. Y así sucesivamente la prole, luego de que la furia del Divino los expulsara del paraíso por esas debilidades de Evita que mordió y le dio a su marido de la fruta prohibida, embaucada por la socarrona serpiente.

Pero no. Por años y siglos posteriores la descendencia de los inquilinos proscritos de aquella parcela errante llevaron, a la par del castigo por herencia, uno y no más que dos nombres, y sólo se diferenciaban entre la muchedumbre por la casa a la que pertenecían.

Así se fueron organizando los clanes y las familias: los de la Casa de Abraham, la de Jacob, la de Josué, la de José y Esaú, la de Jericó; los hijos de Noé y los de Matusalén, y los que sobrevivieron con sus huestes a la primera gran inundación de la tierra: los de las tribus de Canán, Sen y Jafett; y los corajudos que pasaron por la brecha que abrió Moisés en el Mar Rojo, para burlar y evadir la furia enardecida de los egipcios.

Pero nadie tenía apellidos. Y como Abrahams había miles. Y Saras lo mismo. Y Melquisedecs, ni se diga, como Arquímedes, Nereos, Mardoqueos, Titos, Baldomeros y Godofredos al por mayor; ni hablar de Josés, hasta en la sopa de lentejas. Por eso el Señor, desde su sabiduría y voluntad, mucho tiempo después, por allá en el Siglo X de la era Cristiana, inspiró a comarcas nórdicas, ibéricas, sirias, persas, balcánicas y mesopotámicas, un agregado de pertenencia para que José se diferenciara de los cientos de tocayos que habitaban esa porción del planeta, lo mismo que a sus hermanos de distintas tribus, proles y clanes.

Y esta diferenciación se dio particularmente en España, a partir de  batallas y cruzadas, esas justas de caballerías que han inspirado grandes novelas y memorias legendarias como la obra cumbre de la Literatura en Castellano, ‘El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha’, puño y letra del Padre de la Lengua Española, don Miguel de Cervantes Saavedra.

Hay que tener sabiduría y paciencia de anacoreta para investigar por espacio de 30 años el origen de más de 3.500 apellidos, tarea copiosa y constante que ha desarrollado el historiador, bibliotecólogo y heraldista Samuel Cabanzo Ardila, por cuenta propia y desde su escritorio de la Academia de Historia de Colombia.

El especialista en este tema de apellidos, ancestros, títulos nobiliarios, heraldos, blasones y escudos, por estos días presente en la Feria Internacional del Libro de Bogotá 2014, ha hecho de su conocimiento, investigación y trayectoria una estimable cátedra, óptima para que cualquier ciudadano se remonte a sus orígenes y a las ramificaciones antológicas que le preceden.

El profesor Cabanzo habla de tres categorías de apellidos a saber: Los patronímicos que, como su nombre lo indica, fluyen a partir de nombres o patrones. Ejemplos: Ramiro: Ramírez. Rodrigo: Rodríguez. Gonzalo: González. Álvaro: Álvarez. Sancho: Sánchez. Etcétera.

Están los toponímicos, que refiere en sus raíces a lugares geográficos o elementos de la naturaleza. Ejemplos: Luna, Vaca, Toledo, Toro, Solís (de Sol), Llano, Sierra, Ríos, Veraguas, Costa, Camino, etc.

Otros, que provienen de acontecimientos históricos importantes de nombres de batallas como la de Navas, Tolosa, Miranda, Aranjuez, Castilla, Almería, etc.

Y, unos más, originados en apodos o sobrenombres como: Calvo, Gordo, Crespo, Chaparro, Prieto, Delgado, o Mosquera, éste último, por el famoso caballero que durante una batalla entre cristianos y moros, salió avante y fue premiado por el Rey, a pesar de las afugias, las suciedades y olores de fétidos pantanos: ‘Venid, vencedor, pero traéis una mosquera...' (de moscos).  
  
Cantidad de datos y anécdotas de nombres y apellidos, que el profesor Cabanzo Ardila almacena celoso en cartones y fichas archivados en gavetas de kárdex, pero también en la valiosa utilidad de la tecnología digital, para darlos a conocer en el mundo.

La Pluma & La Herida lo entrevistó. 

¿Cuál es el apellido más largo que conoce?

“Hay varios, la mayoría del País Vasco, ya que tienen una fusión entre judío y español. Por ejemplo: Mendiarecheaga, Ibarbengoitia, Arenchaeterea, Arespacuchaga, Inllarramendi, Paraguirre e Iracetagoyena, que no son tan largos como tan raros en su escritura y fonética”.

¿Qué otros apellidos curiosos conoce que no hayan merecido blasón?

“Cucalón, Chillón, Calado, Coito, Chiriboga, Cocarruncho, Fititiva, Chumacero, Pataquiva, Guáqueta, Guatame, Chindoy, Chunco..., la lista es larga”.

Cabanzo: artista de heraldos y blasones
¿Cuál es el apellido más popular en Colombia?

“Rodríguez. Le siguen: Sánchez, González, Pérez, Díaz, Jiménez, Parra y Camacho”. 

¿Desde cuándo se señala a un individuo más por el apellido que por el nombre?

“Desde los tiempos de las cruzadas, a partir de la disciplina y de los códigos militares, como una manera de distinguir linajes sin dar lugar a discriminaciones y siempre en busca de la uniformidad”.

¿De donde salen algunos apellidos que son nombres. Ejemplo: Ricardo, Jaime, Ramón, Alfonso, etc.?

“Son los mismos patronímicos, con la diferencia que no terminan en Z, pero que en muchos casos se pluralizan, tal es el caso de Jaimes”.

¿De donde vienen los apellidos compuestos. Ejemplo: Ladrón de Guevara, Díaz del Castillo, Díaz-Granados y Espinosa y Bárcenas?

“No tiene otro remitente que las alianzas familiares, derivadas de consorcios comerciales y de linajes antológicos”.

¿De dónde provienen los títulos nobiliarios?

“Justamente de los grados de nobleza que por años se han creado en las monarquías: están los marqueses, los duques, condes, vizcondes, barones, infantes o infanzones, hidalgos señorones, hidalgos de bragueta, hidalgos de milicia, grandezas y señores”.

¿Qué es un hidalgo de bragueta?

“Un caballero admirado por su condición prolífica y por el interés y la expectativa que despertaba entre las damas, más por su poder viril que por su alcurnia”.

¿De dónde vienen esos nombres y apellidos tan largos como el caso del Libertador?

“Por el deseo y orgullo de sus ancestros de conservar la alcurnia y la importancia de sus antepasados”.

¿Quiere recordarnos el nombre completo de Simón Bolívar?

“Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios”.

¿En qué se diferencia un blasón, de un escudo y de un heraldo?

“Los tres son sinónimos, ya que la Heráldica es el arte de componer y descifrar los escudos de armas. Y, blasonar, no es otra cosa que armar un escudo”.

¿En dónde aprendió usted los secretos recónditos de la Heráldica?

“Fueron tres años de estudio, ya que tiene sus reglas específicas: la posición de las figuras, los colores o esmaltes y las particiones del escudo, que son claves a la hora de armar un blasón”.

Visítelo en el pabellón 6 de Corferias, 2° piso, stand 506
E-Mail: heraldica.blasones@gmail.com
Página web: www.tuescudo.com
Origen de nombres y apellidos. Diseñe su propio árbol genealógico:

Share this post
  • Share to Facebook
  • Share to Twitter
  • Share to Google+
  • Share to Stumble Upon
  • Share to Evernote
  • Share to Blogger
  • Share to Email
  • Share to Yahoo Messenger
  • More...

0 comentarios

 
© La Pluma & La Herida

Released under Creative Commons 3.0 CC BY-NC 3.0
Posts RSSComments RSS
Back to top