lunes, 6 de enero de 2025

Arqueología de la añoranza, la juntanza, el surrungueo y el bailoteo de la carranga rola

 

En Bogotá, el grupo 'Carrangomelos' se pone de ruana la música tradicional campesina. Invitados a amenizar la Fiesta de los Reyes Magos, del barrio Egipto, el 6 de enero

Ricardo Rondón Chamorro 

Fotos: cortesía Álvaro Jiménez (Piranga Films)

Señores voy a contarles,

tratando de ser sincero, 

en la que yo me metí 

por andar de carranguero;

y no es que sea oficio malo,

porque yo he visto que es bueno, 

lo que pasa es que hay que ser

avispao y no pendejo. ('El Carranguero', Jorge Velosa)

Todo empezó por un animal muerto. 

Labrada en caliza cenia dejó el Carranguero Mayor la historia del toro muerto, que Faustino le encargó, lo llevara en su carriola, para ofrecerlo al mejor postor, por lo menos el pellejo, si de salvarse, mejor. Fue así, como la cornamenta, el juglar volvió canción, y las coplas, con el riego, el semillero brotó, y al ritmo del surrungueo, la carranga floreció.

Nicolás Sadovnik, Jorge Cucaita, Iván Pérez y Herbert Meléndez, 'Carrangomelos' de la carranga rola, aún estaban a cientos de millas de aterrizar en la esfera azul de los mortales, cuando un joven barbuchas, poeta y todero de Ráquira (Boyacá), visionario y prolífico cronista de la música campesina, egresado de la facultad de Veterinaria, de la Universidad Nacional, en Bogotá, echaba en su carromato el primer carrango para trasladarlo de San Cayetano a Ubaté.

La génesis de la carranga como género musical, a partir de un animal muerto, la cuenta el maestro Velosa en la presentación de su libro 'Historiando mi cantar' (Editorial Monigote, 2024), con su gracia y desabroche, entre la juglaría y la socarronería, la copla y el canto:

Sucedió a finales de la década de los 70 en las veredas Quicagota y San Cayetano 'costa oriental' cundinamarquesa de la laguna de Fúquene, región donde la música carranguera tiene buena parte de su historia. Allá viví ocho años. Yo optaba por tal o cual actividad, asumiendo el rol de uno u otro personaje: ora que convirtiendo mi carriola en ambulancia, ora que veterinario, escribiente, transportador, consejero de amores, mandadero, rezador, etcétera...

Por aquella época, una de las solicitudes más frecuentes que recibía era la de "si me hace el favor me lleva un carranguito a Ubaté", cuando perecía un animal a causa de un accidente o de una enfermedad; por eso, siempre trataba de recuperar cualquier cosa del finado, así fuera el cuero.

Los carrangueros, de verdad pa' Dios, lo que narra 'El Carranguero', este merengue joropeado, estilo romance libre, ocurrió tal y conforme se canta.

Junto con 'La Florecita', 'El Carranguero' fue una de las dos canciones que, en representación de las veredas Quicagota y San Cayetano, llevamos al concurso 'Guitarra de Plata Campesina' (1979), organizado por Radio Furatena, de Chiquinquirá. Nos inscribimos como 'Los Hermanos Rodríguez', un grupo de amigos con quienes hacíamos música en Bogotá desde que éramos estudiantes universitarios.

La gran acogida que esta canción generó, fue lo que prendió la vela para que realizáramos luego un programa de radio regional, a nuestro modo y pensar, para que tuviéramos el atrevimiento de cambiarnos el nombre a los Carrangueros del Ritmo. Pero una semana después, por sonoridad y pertenencia pueblerina, este nombre derivó definitiva e históricamente en los Carrangueros de Ráquira". El resto es historia del cantar y del contar.


Carrangomelos: Nicolás Sadonivk (voz líder y requinto). Helberth Melendez (percusión y guacharaca) Iván Pérez (tiple). Jorge Cucaita (bajo)

Carranga rola 

Son casi cincuenta años de vida y obra carranguera. El maestro Jorge Velosa hizo la tarea completa: la del que carga con el animal muerto, y el que escribe, canta y surrunguea en cuerdas la añoranza del solitario andariego, y por esos andares, entre surcos y senderos, fue “regando el siembro”, aguardando la cosecha y multiplicando semilleros por fecundas tierras del altiplano cundiboyacense, el vecino Santander, y Bogotá, con agrupaciones que ha tiempo vienen atizando leños: 'Las Camándulas', 'Los Vitocos' (de San Victorino), 'Monte Violeta' 'Nación Carranguera', y 'Carrangomelos'.

De ‘Carrangomelos' nos ocupamos en estos párrafos: Nicolás Sadovnik (voz líder y requinto). Iván Pérez (tiple). Jorge Cucaita (bajo). Helberth Meléndez (percusión y guacharaca). Tres bogotanos y un boyacense: Cucaita, que no es de Cucaita sino de Tunja, "porque en Cucaita, cosa rara, no hay Cucaitas", atina el bajista.

'Carrangomelos' de la Javeriana, tenían que ser, porque si fueran de la Nacional serían Nachocarrangos o Carrangonachos. Coincidieron en 2012 en la Facultad de Artes -con énfasis en música-, pero el "siembro carranguero" fue despuntando en el primer diplomado de cuerdas pulsadas de música colombiana (andina y llanera), donde empezaron a coquetear con los clásicos del maestro Velosa: 'La China que yo tenía', 'Julia' y 'La Cucharita'.

Nicolás, Jorge, Iván y Helberth no han cargado un gato muerto en su vida, ni son rezanderos ni consejeros sentimentales ni han pasado por curas en velorios de urgencia ni tienen camión de corneta como el don Trino Epaminondas Tuta, pero llevan el labriego y la tierrita entre pecho y espalda. Son campesinos de ciudad que, a la hora de componer y afinar instrumentos, les cantan a sus vivencias citadinas, a 'La Burrita' imaginaria en la que se trasladan por la urbe, a 'La Lechona del Padre Bernal', a 'La Dotorcita', a 'Laurita La Metalera' o a 'El Rolo Entusao', entre otras.

Lo paradójico del asunto, es que Nicolás Sadovnik, de ascendencia bielorrusa, pero bogotano como la changua en leche, queso y doble huevo, voz líder, compositor y requintista, ¡es metalero! Así como suena, pero no como lo ven: porque ni de greñas hasta la cintura, ni de chaquetas y botas de cuero con taches, y mucho menos de botella de 'chamberlain' por la Plazoleta de las Nieves. Solo espiritualidad metalera, como un zanahorio Dave Mustaine en la clandestinidad.

La lírica del Metal en su estado puro, como la alquimia del Melquiades de 'Cien años de soledad', concebida en bandas icónicas como Megadeth, Black Sabath, Testament, Led Zeppelin, Aerosmith. 

Lo sostiene Laura Camelo, su amiga de la niñez, cuando compartieron pupitres en el Colegio Campoalegre, y después en la facultad de Música de la Javeriana (donde ella solo cursó un semestre): "Nicolás es carranguero, pero sigue siendo metalero. De hecho, creó su propia banda: 'Trans Las Púas' (Metal Core). Con él echamos pola, íbamos a todos los conciertos, de los de garaje y de los de cotice a campo abierto".


El video de 'Laurita La Metalera' fue filmado en la 'La Peña Taurina', reconocida tienda de la localidad cundinamarquesa de Chocontá. Allá  compareció Laura Camelo, protagonista de la letra

'La Metalera'

Laura Camelo inspiró 'Laurita La Metalera', primer éxito de 'Carrangomelos', que abre el álbum 'Animalario'. La historia es real y lo cuente ella: "Estaba pasando por una dura crisis, y decidí retirarme de la universidad. Me fui a trabajar con ganado vacuno a la finca de mi papá, en Chocontá. Eso fue en 2011, tenía 20 años. Me sirvió la experiencia y reconecté con el estudio, pero ya no con la música sino con la veterinaria. Hoy trabajo en la industria farmacéutica". 

Laurita La Metalera / dejó a un lado su pasado, / se fue de la gran ciudad / pa' irse a vivir al campo. / Ya no le gusta Iron Maiden / ni en conciertos cabecear,/ se fue a cuidar vaquitas / a la finca del papá.

De ese capítulo, entre la distancia y el reencuentro, quedó para la posteridad la carranga 'Laurita La Metalera'. Nicolás le cantó fragmentos, luego empezó a sonar y a volar. Laura, de negro metalero, participó en el rodaje del vídeo que se hizo en 'La Peña Taurina', reconocida tienda de Chocontá, repleta de campesinos, mujeres y hombres, algunos ya copetones, entre el chupe y el bailoteo.

-Es de suponer que ustedes fueron novios-, le dejo en el aire a Camelo. 

-No de manera oficial, pero sí hubo un romance ligero. Nicolás, además de su talento, es un gran ser humano, y conservamos una bonita amistad.

'Animalario' 

Entre 2012 y 2018, grabaron 'Animalario' (sello Mestizo), su primer álbum. Nada fácil, porque no fue suficiente el recaudo de toques primerizos. Hicieron 'vaca', participaron en convocatorias distritales. El espaldarazo promocional se los dio Marco y Eduardo Villarreal, cuando les abrieron puertas del Festival Convite, cuna carranguera de Tinjacá, que es como el Estéreo Picnic de los carrangueros ruanetas.

Pero, de entrada, ¡qué muérganos!, suben profanando la tarima. En vez de las tradicionales ruanas y sombreros, aparecieron con chaquetas de cuero y se las abrieron cual fantoches mostrando las camisetas de sus idolatradas bandas metaleras. Atorados de la risa, cuentan que la silbatina fue ensordecedora, pero que al final el aplauso se hizo sentir por el repertorio de carranga pura y dura que terminó cautivando al respetable. 

Bien saben los entendidos de la carranga, como el maestro Jaime Castro, compositor y director de la emisora La Voz del Olvido, y de la agrupación 'Los Filipichines', que presentarse en la tarima del Festival del Convite, de Tinjacá, es una suerte de graduación para el colectivo que se precie de ser invitado, y 'Carrangomelos' no fue la excepción, por encima del acto de rebeldía de sus camisetas metaleras.

Porque en esas fértiles campiñas cundiboyacenses, la música tradicional campesina roza con lo sagrado. Que lo diga Jorge Cucaita, de la entraña de Tunja, bajista de 'Carrangomelos': 

"Es que cargamos con un enorme legado que nos corre por las venas y por rigor de crianza. Mi padre fue músico y docente veredal, y en mi caso, con fuerte amarre, porque hice el bachillerato en el Instituto de Cultura y Bellas Artes de Boyacá, en esa época con la orientación del maestro Jorge Zorro (exministro (e) de Cultura).

Por mi papá aprendí a ejecutar el tiple, y del inmenso valor cultural que representa en el quehacer de la música colombiana. Con instrumentos de cuerda he incursionado en varios géneros y ritmos como jazz, repertorio clásico, y música americana y latinoamericana; boogie boogie, y salsa".

Jorge Andrés Cucaita Esquivel es el segundo bajista que ha tenido 'Carrangomelos', después de Rodrigo Pardo. Cucaita se especializó en la interpretación de tiples, guitarras y requintos, y en la facultad de Artes de la Javeriana complementó estudios de bajo. Ha grabado con el maestro Pedro Beltrán Amado, y es autor de 'El político', tema incluido en 'Animalario'.


Carrangomelos coinciden en que la época más fecunda y provechosa en cuanto a ideario y producción fue la de la pandemia del COVID-16. En esa dura etapa trabajaron los 10 temas que hacen parte de su primer álbum, 'Animalario'   

'El Rolo 'Entusao' 

Con un promedio de edad entre 30 y 35 años (a excepción de Cucaita que ya alcanzó los 40), 'Carrangomelos' destaca por su formación académica y por profesiones y oficios alternos en los que se desempeñan: Nicolás Sadovnik es requintista, compositor y productor musical. Iván Pérez es tiplista, guitarrista clásico, y está vinculado con los programas de formación de la Orquesta Filarmónica de Bogotá. Helberth Meléndez, percusionista y guacharaquero, también es guitarrista clásico y tiene un taller de impresión digital.

Otro éxito es 'El Rolo 'Entusao', que brotó en la pandemia del Coronavirus por una tusa bárbara que tenía seco a Nicolás Sadovnik. Una carranga fiestera que le hace guiños a la cumbia peruana del inolvidable Pastor López, rey postrero de la rumba de final y principio de año. Cómo sería estar chupado del despecho y pringado con el maligno bicho de Wuhan. Sadovnik explica:

"La letra parte de una canción anterior que se llama 'La Dotorcita', una novia que estudiaba Medicina. Cuando el amorío se acabó, me dio muy fuerte y escribí 'El Rolo 'Entusao' (2019), plena pandemia, que para nosotros fue un período intenso de producción, con un resultado de diez temas.

La idea era cuajar el disco con IDARTES, pero al final no se dio. El 'Rolo Entusao' fue la proyección, lo dimos a conocer, y gustó, porque fue algo diferente a lo que antes habíamos presentado. Nos salimos de la carranga tradicional, le hicimos arreglos tropicales de trompetas y timbales, y funcionó.

En pandemia, como a todos, nos tocó recurrir a lo inimaginable para financiarnos. Con mi hermano aprendimos a hacer cerveza, le dimos el nombre de 'Solo una vez'. También conseguimos patrocinio para prensar el disco. Sacamos 700 copias, y para los pedidos a domicilio, ligamos la cerveza con el disco. Nos fue muy bien.

'Animalario' es nuestro manifiesto carranguero. En él exponemos nuestra visión de la vida en la gran ciudad a través de la óptica de la carranguería, tanto a nivel narrativo como musical. Aunque no tenemos la fortuna de vivir en el campo, observamos que en nuestro contexto urbano existe una fauna tan diversa como en el mundo rural, que merece su propio animalario".


Para Carrangomelos, una suerte de graduación fue el espaldarazo que recibieron de Marco y Eduardo Villareal, cuando les abrieron puertas en el Festival del Convite, en Tinjacá, cuna de la carranga 

"Esto dijo el armadillo"

Como las otras agrupaciones -al principio citadas- de carranga hecha en Bogotá, 'Carrangomelos' está cumpliendo con la máxima poética de don Antonio Machado, que el sentimiento, la voz y la guitarra de Joan Manuel Serrat, hizo canción universal: "Caminante no hay camino, se hace camino al andar". 

Bien es cierto que el auge de la carranga ostenta hoy destacada recepción y notoriedad, por lo menos en lo que concierne a la región andina colombiana. Botón de muestra el sonado tema 'Coqueta', del compositor y cantante santandereano Felzar Orjuela, reconocido como 'Heredero', que ha sido tendencia en redes sociales, al punto de que el afamado tiktoker 'Dele GT', la tradujo al francés. 'Heredero' se lo merece, él que carga con una poderosa historia de vida, como para llevar a la pantalla.

Si en el comienzo de su carrera, cuando no existía la más remota idea de plataformas digitales y redes sociales, el maestro Jorge Velosa, a punta de radio y tarima logró consolidar la carranga como digno Patrimonio Musical de Colombia, las nuevas generaciones de carrangueros, de aquí y de allá, contribuyen a fortalecer y enaltecer el género. Velosa, espontáneo, lo resume en una copla:

Esto dijo el armadillo

cuando iba por la pradera

que vivan quienes pregonan 

la música carranguera.


El Carranguero Mayor en sus andares y cantares por la capital

Velosa, a sus 75 años, en alguna aldea de Boyacá o Cundinamarca, que él prefiere dejar en reserva, sigue componiendo, investigando, escribiendo libros y produciendo música. Fresquita está 'El Carrango y la Carranga', la nueva canción de 'Velosa y los Carrangueros del 25', primer sencillo de su nuevo álbum, dos décadas después de su último disco de estudio, esta vez con la complicidad del requintista, arreglista y riolinero Marco Villareal, y de dos nuevos y jóvenes tocantes: Angélica Fonseca en el tiple y Gabriel Chaparro en la guitarra.

En los albores de 2025, 'Carrangomelos' inicia calendario de presentaciones en la Bogotá que los vio nacer y formarse, y en una de las celebraciones populares emblemáticas de principio de año: la de los Reyes Magos, el lunes 6 de diciembre, a partir de las 5:20 de la tarde, cuando empiecen, entre añoranza y juntanza, a cantar y surrunguear, bajo el mandamiento del Carranguero Mayor:

Somos hablares, historias, 

copla, canto y poesía, 

eso es lo que pregonamos, 

eso es la carranguería.

Un abrazo musical,

un pacto por la alegría, 

lo dicho en pocas palabras, 

somos un canto a la vida.

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