Salvo Basile resume su vida en Cartagena, el cine, su mujer, sus hijos y sus nietos |
Ricardo Rondón Ch.
Salvo Basile es cine y Cartagena,
es ‘Quemada’ y el eterno ‘Matatigres’ de ‘La Estrategia del Caracol’, es su genio
y su saudade, y el aliento perenne de su mujer Jacqueline Lemaitre, y sus hijos
y sus nietos, y la hamaca grande donde cada tarde ve reventar el crepúsculo en
ráfagas de sangre.
Pero Basile también es Nápoles y
es granito, y ‘Dos Gardenias’ en La Vitrola o ‘Son de la Loma’ en Areíto.
Salvo, ojos de plantígrado, es la pantalla grande en donde se verán en los próximos días directores, productores y cinematografistas, una pasarela de divas y de
seguidores del FICCI.
Bonachón y repentista, el primero
de la lista, porque es el anfitrión, Salvo nos puso al tanto de sus romanzas y sus cuitas, a escasos días de empezar la función.
Pues sin más protocolos: luz,
cámara…¡Acción!
¿Qué se siente ser reelegido por
cuarta vez consecutiva como presidente del Festival Internacional de Cine de
Cartagena de Indias (FICCI)? ¡Le ganaste a Uribe!
“Pero sin
cambiar ni un articulito”
¿Te sientes a salvo en ese rol o has
necesitado de un ‘vicepresidente’ entre bambalinas?
“Tengo trece
vicepresidentes, que es la junta directiva y sus asesores, como será de
eficiente la junta que casi nunca votamos: siempre se aprueba por unanimidad”.
Porque si Santos nombró a Vargas
Lleras, ¿tú estás en todo el derecho de contar con el respaldo de tu fiel
compadre Poncho Rentería?
“Poncho es mi
compadre y mi hermano, siempre tendré su respaldo en cualquier cosa que yo
haga. Lo mismo él conmigo”
A propósito, ¿cómo es ver
una película con Poncho?
“El horror”
Es de imaginar que tú eres el
drama y Poncho la comedia. ¿O al revés?
“Los dos somos
comedia a la Italiana”
Hace 45 años, por estas fechas, si
no me fallan las cuentas, llegaste de Italia a Cartagena como asistente de
Gillo Pontecorvo a filmar ‘Quemada’. ¿Qué fue lo que más te impresionó de la
ciudad que te dejó atado para siempre?
“El centro
amurallado y mi mujer”.
Cuentas que en vez del
actual Centro de Convenciones lo que había era un mercado. ¿Cómo era ese
mercado?
“La llegada de
Marlon Brando a ‘Quemada’ y su primer encuentro con Evaristo, fue filmada en el
mercado, un universo Caribe lleno de gente y de colores únicos”.
Y que Bocagrande sólo tenía tres
edificios y una calle pavimentada…
“Y las casas de
patios y traspatios y la playa de Bocagrande limpia y la Bahia de aguas
claras”.
También, con el humor negro que te
caracteriza, describes a La Boquilla y a Bocachica como aldeas africanas. ¿Qué
te hizo pensar en ello en esa época?
“Antes de la
invasión devastadora del cemento eso era puro África: techos de palmas y
calles de arena”.
¿En dónde quedaba ubicada la zona
de tolerancia?
“En Tesca, y el
burdel más grande del Caribe era el ‘Príncipe Gran Orquesta’, con centenares de
‘internas’".
¿Cómo recuerdas a Evaristo
Márquez, a casi un año de su fallecimiento (15 de junio de 2013)
“Evaristo fue un
guerrero, que sin saber ni leer ni escribir, tuvo los cojones de enfrentarse al
rey de Hollywood: Marlon Brando”.
¿No te parece que el negro
Evaristo tenía el perfil surrealista de las películas de Buñuel, y más montado
en su caballo blanco, raudo por la playa, como persiguiendo un fantasma sin
nombre?
“El fantasma de la
libertad y la paz, y lo peor es que todavía estamos persiguiéndolos”
¿Conservas fotos tuyas de esa
época? ¿Haces con frecuencia el ejercicio de repasarlas con tu mujer, en la
antesala de la siesta, acostados en la hamaca?
“Claro que sí, muchas
fotos, pero las más queridas son las que no se tomaron…”.
Eres de lo que dice, cuando te
tomas tus whiskys entres amigos: ¿No sé qué sería de mi vida sin Cartagena, sin
mi mujer y sin mi hamaca?
“Y sin mi
computador, sin mis teléfonos, sin mi Ipad, sin mi cable, sin mis películas”.
Con todo el tiempo que llevas
viviendo en Cartagena, no pierdes para nada tu acento napolitano. ‘Lo que se
hereda no se hurta’, dicen aquí, ¿verdad?
“Mi acento
paga el arriendo”.
¿En qué circunstancias le
‘echaste los perros’ a Jacqueline Lemaitre, tu mujer y la madre de tus hijos?
“Un 31 de diciembre
en las afuera del Club Cartagena, ella de gala y yo descalzo y con guitarra”.
Dicen que las Lemaitre son bien
difíciles de conquistar. ¿Qué tan cierto es?
“Cierto, pero
a mí me tocó al revés: ella fue la que me conquistó”.
¿Cuántos años completan de
matrimonio?
“Cuarenta y cinco”.
¿Cómo fue que le pediste la mano?
“Con respeto y
caballerosidad, según los cánones clásicos de la época”.
¿Cuál de tus hijos es tu vivo
retrato, tanto en lo físico como en lo cerebral?
“Afortunadamente
ambos tienen su propia personalidad y su carácter”.
¿Cuántos nietos
tienes?
“Tres”
¿Qué tipo de películas ves con tus
nietos?
“Muñequitos y superhéroes”.
Les cuentas a ellos tus aventuras
del pasado, como cuando en una fiesta inaugural del Festival de Cine sacaste a
bailar a Rita Hayworth?
“No, porque todavía
están en la época de las fábulas”.
¿Recuerdas qué bailaron?
“No, pero todavía me
tiemblan las piernas”.
¿Terminaste
seduciendo a Rita?
“Créeme que si lo
hubiera hecho, tú y todo el mundo lo sabría”.
¿Qué tan buena bailarina es Jane
Chaplin?
“Bastante locaria”.
¿Y qué tan buena papa es Jack Nicholson?
“Él es el verdadero
Rey de Hollywood”
¿Qué se siente ver a los
ojos a Catherine Deneuve?
“Lo que sintió mi
suegro, Roberto Lemaitre, que se puso a sus pies cuando ella estuvo en
Cartagena”.
¿Es cierto que Robert De Niro
tiene malos tragos?
“¡Qué va! Ese
monstruo no tiene nada malo”.
¿Y que a Bernardo Bertolucci le
quedaron gustando las morochas de Palenque?
“Más bien las Amparo
Grisales de Manizales”.
¿Sientes en luna llena vagar el
espíritu de Marlon Brando en el patio trasero de tu casa?
“Yo tuve una bella
relación con Brando, pero también peleamos, así que nada de espíritus. La
realidad de lo que pasamos juntos es el fantasma de ‘Quemada’”.
¿Qué se le aprende a un
figurón como Ugo Tognazzi?
“A comer sopa verde
en un banquito del viejo mercado y a contar historias delirantes. como la del
nacimiento del cante hondo, que otro día te contare”.
Con tus ojos melancólicos de sabio
y en lontananza, ¿cómo te asomas hoy a Cartagena?
“Siempre con un gran
amor y la saudade de lo que fue”.
¿En qué momento se jodió la bahía?
“Cuando se desarrolló
el puerto y comenzaron a verter mierda en la bahía interior”.
¿A qué bar de Cartagena te gusta
ir a rumbear con tu mujer?
“A La Vitrola”.
¿Frecuentas
Quiebracanto?
“A veces, cuando
llegan mis cachacos”.
¿Cuáles son esos boleros
antillanos que no te pierdes para bailar amacizado?
“Dos Gardenias” y
‘Los aretes que le faltan a la luna’”.
¿Una champeta al año no hace
daño?
“Me gusta la
champeta, pero la clásica. la de origen africano”.
Alguna vez, por esos tragos locos
que no faltan, ¿te has travestido en una fiesta?
“Me paso la vida
travistiéndome y no necesito de tragos locos”.
Cuando Poncho Rentería se queda en
tu casa, ¿ronca o ni se siente?
“Se siente, se siente…”.
Como buen napolitano debes ser un
cocinero de campeonato. ¿Cuáles son tus trofeos culinarios?
“Una pasta al horno
con salsa ragout”.
¿Qué tan buen gourmet era
don Víctor Nieto?
“Era
buen tenedor”.
¿Y cómo es el gusto en paladares
de Monika Wagenber?
“New York, New York”.
¿En dónde se quedan los lagartos,
que son muchos, cuando suenan las campanas del festival de cine?
“En los
mensajes telefónicos y en los centenares de mails”.
¿Qué evolución ha tenido el
festival de diez años a la fecha?
“De ser el más
antiguo de América y de trascender como uno de los más importantes del mundo”.
¿Sí tiene buen
presupuesto?
“Tú sabes que nunca
hay buen presupuesto”.
¿Qué es lo más significativo para
mostrar en esta edición?
“Los invitados”.
¿De todas las películas que has
hecho, de cuáles te sientes más realizado y orgulloso?
“De ‘La
Estrategia del Caracol’”.
¿Quedaste satisfecho con ’12 años
de esclavitud’ como Mejor película en la reciente ceremonia de los Óscar?
“Seguro que sí, que
historia más espeluznante”.
Déjame saber tu opinión de ‘El Lobo
de Wall Street?
“Me salí en la mitad,
cabreado con Scorsese, que de la gran tragedia que es Wall Street sólo se queda
en la coca y las putas”.
Las películas de tu vida, Salvo,
en diferentes épocas. ¿Puedes nombrar diez?
“’8 y ½’, ‘La Dolce
Vita’, ‘La Strada’, ‘Mani sulla citta’, ‘Salvatore Giuliano’, ‘La Naranja Mecánica’,
‘Apocalipsis now’, ‘El Padrino’, ‘La Estrategia del Caracol’”.
¿Y directores, de esos contados en
los dedos de la mano?
“Federico Fellini, Francis
Ford Coppola, Roberto Rossellini, Guillo Pontecorvo, Francesco Rosi”.
¿Qué película te hubiera gustado
hacer?, aunque estás sobrado de tiempo…
“El Amor en
los Tiempos del Cólera”.
¿Qué te hace pensar que las
películas que se han hecho sobre historias de Gabriel García Márquez no han
contado con suerte?
“Porque todos los
directores quieren ser más que Gabo y esto es imposible: él es el escritor más
importante del mundo”.
¡Salva una de ellas, Salvo!
“Tiempo
de Morir’, de Jorge Ali Triana”
A propósito, ¿cuándo fue la última
vez que te tomaste unos whiskys con el Premio Nobel colombiano?
“Siempre que llega a
Cartagena es el mejor motivo”.
¿Es verdad que cuando está la Gaba
presente no se puede nombrar la palabra whisky, ni por chanza?
“Mentira”.
Fuera de Poncho Rentería, ¿a qué
otros columnistas sigues?
“Juan Esteban
Constain, Antonio Caballero, Enrique Santos”.
¿Crees que definitivamente se
negocia la paz para Colombia?
“Creo que la paz es el único
camino”.
¿Antes de acostarte rezas un Padrenuestro entre
murmullos o eres ateo por la gracia de Dios?
“Rezo Ave María,
Pater nostro, Gloria, Salve Regina, en latín”
Duermes bien,
¿Salvo?
“Poco…”
¿Alguna deuda con tu conciencia?
"Sí,
no haber seguido la clase de piano que mi mamá quería para mí”.
Basile: ¿estás a paz y salvo con
tu existencia?
“No, mijo. me falta
mucho por hacer, especialmente por la gente pobre”.
¿Cuando escuchas a Nicoló
Paganini, piensas en la muerte?
“No, porque cuando
hice la película Paganini-Kinski, todo era vida y gritos y pelas con el loco de
Klaus”.
¿Le has pedido a tus hijos que en
tu ceremonia fúnebre hagan sonar el ‘Adagio’ de Albinoni?
“¡Qué va!, más bien un
porro o una papayera”.
¿Y de remate, un aria de Casta
Diva, de Bellini, en la voz de María Callas?
“Más bien una
canción de las cantadoras de Palenque”.
¿Qué será morir, Salvo Basile?
“Será cumplir el
contrato que firmamos desde el momento de la concepción”.
Donde sea, pero menos tus cenizas
en la Bahía de Cartagena, eso sería imperdonable…
“Nada de cenizas, a
mí me entierran en la Isla del Pirata, con una pepa de mango entre las piernas”.
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