domingo, 26 de octubre de 2025

El auténtico café colombiano: de la siembra de la mata al disfrute de probarlo en la humeante taza

 

Cuatro días memorables del país cafetero en la Expo Café 25 que se celebró en Corferias

 Ricardo Rondón Chamorro 

Mientras usted lee esta nota, quizás esté disfrutando de un café, y entre sorbo y pausa, querrá saber de qué región proviene, de dónde sus notas cítricas o acarameladas, y cuántas manos sabias hicieron posible el proceso, de la pepa a la humeante taza, para vivir la experiencia sensorial en su paladar.

Es el espíritu del preciado grano, y de la arraigada cultura cafetera que identifica a Colombia de hace casi un siglo; la que nos une como nación, y abandera una de las economías más pujantes y sólidas en calidad, producción, variedad y exportación.

Con esta premisa transita desde el jueves la edición 16 de Cafés de Colombia 2025 que, entre el 23 y el 26 de octubre se celebra en el Gran Salón 'Óscar Pérez Gutiérrez' de Corferias: 15.500 metros cuadrados para acoger con beneplácito al país cafetero en todos sus niveles: desde el cultivador y recolector, hasta los grandes productores y exportadores, con sus respectivas marcas, en la ruta de tecnificación y mercado.

"Hoy es el día para tomarnos ese café pendiente, y celebrar y recordar que en cada taza que tomamos, hay unión, orgullo y esperanza. Hoy Colombia y el mundo, unidos, saben a café”, expresó en su saludo inaugural Germán Alberto Bahamón Jaramillo, gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, quien ponderó una cifra récord de comercialización, con el departamento del Huila como mayor productor, y cuyas exportaciones, en el último año, superan los cinco mil cuatrocientos millones de dólares.

Bahamón enfatizó que “el valor de la cosecha de los 610 municipios cafeteros, en los últimos doce meses, ha sido de 22 billones de pesos, siendo el sector no minero de mayor aporte económico para el país”. 

4 mil millones de árboles de café sembrados, sostienen a Colombia como el tercer país de mayor producción de café del mundo, después Brasil y Vietnam, respectivamente.

Cabe destacar que la Federación Nacional de Cafeteros (FNC) es la única organización mundial que le garantiza al caficultor comprarle el café que produce al precio diario publicado, como valor mínimo. 

Con esta providencia, de la que no goza ningún gremio orbital, los caficultores colombianos garantizan su economía circular, y cuentan con el Centro de Investigación del Café (CENICAFÉ), que permite desarrollar ciencia aplicada a la producción y protección del grano, ante riesgos de enfermedades como la roya.

Cultura cafetera 

Encuentro de catadores, uno de los atractivos que más convoca la atención de los visitantes

Este año, Cafés de Colombia cuenta con una muestra comercial de más de 150 expositores, y una ambiciosa y novedosa programación técnica, académica y competitiva en espacios de exhibición, producción, capacitación, negocios y memoria histórica.

Uno de los objetivos principales de Expo Café 25, es el de visibilizar la cadena productiva del café colombiano, y acercar al público profesional y aficionado a la diversidad de los granos nacionales. Este año, la organización aspira reunir un promedio de 28.000 visitantes interesados en descubrir nuevas tendencias de procesamiento, mercadeo, control de calidad, variedad y consumo. 

Entre los eventos recomendados de la agenda están: la Real Academia del Café, el XIX Campeonato Nacional de Baristas, el Campeonato de Café de Olla, el III Campeonato Colombiano de Tostadores, el Top 100 Best Coffe Shops (versión suramericana), y la celebración de los 40 años del Profesor Yarumo, personaje emblemático creado en 1985 como mediador y consejero de los caficultores en temas de producción, tecnología y sostenibilidad.

Como novedad y enhorabuena, la Real Academia del Café propone a los visitantes una experiencia inmersiva sobre los orígenes del café nacional, su preparación y degustación. El encuentro está patrocinado por la Fundación Manuel Mejía, que lleva 60 años educando y trabajando por el crecimiento y desarrollo de más de 700.000 caficultores colombianos que habitan en las zonas rurales de 23 departamentos.

Otro punto innovador en la agenda es el Top 100 Best Coffe Shops (versión sudamericana) que, entre 1.800 establecimientos, selecciona a los más destacados cafés y cafeterías de la región, previo examen y calificación de 140 expertos que verifican y dictaminan, no solo la calidad del café, sino las habilidades de sus baristas.

Top de cifras 


El trabajo de los tostadores, imprescindible en calidad, aroma y sabor natural del café 

La Federación Nacional de Cafeteros resalta que el país de mayor compra de café de Colombia sigue siendo Estados Unidos con el 38% de adquisición, seguido de Alemania y Canadá con 8%, Bélgica 7%, Japón 5%, Corea del Sur 4%, China 3%, España, Países Bajos Australia, México, Reino Unido e Italia con el 2%, entre otros.

A su vez, la FNC celebra que los más de 120 países compradores destaquen que el sello Café de Colombia siga siendo sinónimo de calidad, confianza y credibilidad; una relación que se ha construido desde la Federación Nacional de Cafeteros frente al mundo, en sus casi 100 años de trayectoria.

En el año cafetero, que va de octubre de 2024, a septiembre de 2025 -establecido así por la OIC-, Colombia registró una producción superior del 17%, en relación al año anterior, con más de 2 millones de sacos adicionales.

Esto significa que la cifra de producción del año cafetero en Colombia, acumulada entre octubre de 2024 y septiembre 2025, logró 14 millones 869 mil sacos de 60 kilogramos, la cifra más alta de la década.

Baristas y tostadores

Este año, Cafés de Colombia Expo 25, cuenta con la participación de 19 baristas que fincan experiencias y destrezas propias del arte, para alcanzar la máxima distinción que han logrado artistas de talla Internacional como Diego Campos Guzmán, el primer colombiano en ganar el Campeonato Mundial de Baristas, en Milán, Italia, 2021.

Campos y Derly Roa, baristas y esposos, han brillado como campeones nacionales, y su presencia ha sido notoria en justas internacionales. Otros nombres relevantes son los de Ronald Valero y Carlos Escobar, este último campeón colombiano de cafés filtrados en 2024, y tercer lugar en el Mundial de Baristas de Atenas, Grecia, en junio de 2023.

Entre los competidores de la Expo Café 25, se cuentan créditos como los de María José García, Jonathan Pinilla, Michelle Balza, María Pulido, Juan Villamizar, Luis Contreras, César Velandia, Juan Baquero, Christian Chaus, Nicolás Cantor, Gina Quitián, Robert Contreras, Jhonier Londoño, Javier Vásquez, Janer Pérez, Helbert Berrío, Víctor Rojas, Johanna Marín y Kevin Chacón.

El triunfador, en esta oportunidad, obtendrá un cupo para representar al país en el Mundial de Baristas 2026, en Panamá, donde competirá con más de 50 representantes. El actual campeón nacional es el caleño Edwin Tascón, quien representó a la finca El Paraíso (Cauca), y se distinguió por expresar la esencia del grano en una bebida de gran calidad. 


Café tipo exportación de la Finca Nogales de Pitalito - Bruselas, departamento del Huila 

Tostar café es un arte refinado, y a la vez una ciencia, dicen los expertos. El tostador de café es fundamental, ya que, con virtud y sabiduría, transforma las propiedades del grano y resalta su aroma y sabor naturales. De ahí que, sin el infalible procedimiento del tostado, la bebida carecería de su gustillo auténtico, y de sus notas y propiedades.

Para llegar al grado de maestro, los tostadores expertos pasan años de capacitación con el fin de obtener una 'lectura' versátil de los granos y tomar decisiones rápidas de tueste. Existen escasos estándares individuales para el tostado, debido al rol de criterio y responsabilidad en la determinación del sabor de los lotes, y en la clasificación de sus cuatro categorías: claro, medio, medio oscuro y oscuro, resumen los doctos de Café Britt.

De hace tres años, la Federación Nacional de Cafeteros abrió un espacio privilegiado para los artistas del tueste, como se les conoce; figura clave en auscultar y perfilar las virtudes sensoriales del café, por el valioso aporte a su calidad e industrialización, no solo a lo que el barista corresponde, sino al producto que llega a los establecimientos y a los hogares que lo demandan, explica Andrés Elizalde, líder de competencias del World Coffe Events (WCE), reguladora del café mundial.

Es por ello, que el campeonato de tostadores es imprescindible en la Expo Café, y más en el momento importante por el que atraviesa la caficultura, en permanente transformación por los altos retos que se traza, y la competitividad en marcha que no da lugar a improvisaciones en la línea de cultivo, producción, calidad y posicionamiento, desde que se siembra la mata hasta que se saborea en la taza.

Esta arraigada cultura cafetera se remite a una cadena generacional de abuelos, padres, hijos, nietos y bisnietos que transmiten sus sabores y saberes, como en una academia familiar proyectada a lograr con disciplina, paciencia, tiempo y esfuerzos, una excelencia consecuente con el prestigio de la marca.

El campeón en 2024 fue Nicolás Ortiz, de la empresa Cafés 18, quien representó a Colombia en el Mundial de Tostadores en Houston, Estados Unidos. En esa edición, el francés Mikaël Portannier fue coronado como Campeón Mundial de Tostado de Café.

Café de Olla


Sesión de cata con la maestra venezolana Gabriela Palma, en el stand del Tolima 

Aunque el renombrado Café de Olla es el piloncillo de tradición mexicana, en Colombia ha cobrado importancia comercial su preparación en algunas poblaciones del Eje Cafetero, Boyacá, Antioquia, Cundinamarca, Nariño y Santander, donde se cuece en olla de barro o cerámica, y preferiblemente en fogón de leña, con panela y especies aromatizantes como canela, clavo y anís.

En Expo Café, el Campeonato de Olla, 'tradición y cercanía', es promovido por la marca Amor Perfecto, y más que una competencia, es un encuentro fraterno de experiencias, saberes y sabores ancestrales, como homenaje al legado de las raíces cafeteras en campos y veredas, cuando familias y jornaleros compartían tertulia y bebida en las cocinas, al calor de fogones artesanales.

El campeonato está abierto a cualquier gustador del café, y no se requiere ser barista profesional ni contar con conocimientos técnicos. Aquí lo que prima es la pasión y la conexión con la bebida. Cada participante recibe el mismo café y prepara su propia receta en olla, que es evaluada por jueces en aspectos como sabor, aroma y autenticidad.

En ediciones anteriores se han vivido momentos inolvidables: amas de casa, jóvenes aficionados y caficultores rasos, han sorprendido a baristas experimentados, demostrando que el secreto de un buen café está en la dedicación y experiencia cotidiana, más que en equipos sofisticados.

María Fernanda Monje Quimbaya, participante del IV Campeonato Nacional de Preparación de Café en Olla, en 2024, refiere que la inclusión de esta categoría valora y honra la tradición de un preciado eslabón cafetero, herencia de las abuelas, que fortalece la cadena del café colombiano.

Granos que cuentan 


El país cafetero presente en los 15.500 metros cuadrados del Gran Salón de Corferias 

La memoria viva del café colombiano se concentra por estos días en los 15.500 metros del Gran Salón 'Óscar Pérez Gutiérrez' de Corferias: caficultores, productores, grandes, medianos y pequeños empresarios, cooperativas, exportadores, negociantes de venta directa, capacitadores, baristas, catadores, impulsadores, profesionales y empíricos, público en general.

De toda esta población cafetera hay cantidad de historias, insólitas y extraordinarias, que inspiran un libro; un libro por cada edición de la Expo Café. Son los granos que cuentan: de la finca más remota o de la chapolera más humilde, hay un relato digno de contar, como aconteció con el rotundo éxito de Café con aroma de mujer, ingenio del recordado libretista Fernando Gaitán, que ha tenido cuatro versiones de la misma historia, incluidas dos mexicanas.

Un solo ejemplo de tantos a la vista: nos encontrarnos de frente con la felicidad que por estos días embarga a la familia Muñoz Díaz, del municipio de Betulia, en el departamento de Antioquia, porque le parece todavía increíble que esté participando, ¡por primera vez!, en la vitrina más importante y cotizada del café en Colombia.

Esta primera vez tiene una cuota significativa y conmovedora, que viene de hace 16 años, porque fue hasta 2025 que los Muñoz recibieron la invitación de la Federación Nacional de Cafeteros, y la alegría los impulsó a reunir entre todos (una familia de 40 integrantes), los 18 millones de pesos que cuesta, por cuatro días de feria, un reducido stand de 5 metros cuadrados. No por pequeño, es uno de los mejor decorados, con la impronta rural cafetera de los paisas.

Nos da la bienvenida Andrea Vásquez, joven estudiante de Negocios Internacionales y Comercio Exterior, en Medellín. Con una amable sonrisa invita a "la pruebita" del café que produce la Finca La Perla, enclavada en las montañas de todos los verdes del suroeste antioqueño. La prueba arroja exquisitas notas de caramelo y chocolate.

Andrea nos relaciona con David Santiago Muñoz Díaz, de sombrero aguadeño, típico cafetero de raigambre campesina y verbo fluido y contundente, quien es arte y parte de la cuarta generación de esta familia cafetera, quien coincide con su primo Andrés Pérez Muñoz, en que la empresa familiar ha marchado al ritmo de la tenacidad de las mujeres y su motor inagotable. "Sin ellas, seguro que no estaríamos en esta feria", acotan.

Primer grano


Productos de la Finca La Perla, del municipio de Betulia, en el suroeste antioqueño

Betulia -alecciona David Santiago- es uno de los cinco municipios de Antioquia con mayor producción de café, y en el concierto nacional, con el sistema de caficultura mejor renovado, y un 93% en variedades certificadas.

El primer grano lo sembró el bisabuelo Félix Muñoz, que en su tiempo empezó cultivando pancoger, y luego, a finales de 1800, se aventuró con las matas de café, hasta finales de 1950, cuando falleció. Las riendas del cultivo las tomó su hijo Edilberto Muñoz Trujillo, hasta 1983, cuando Nicolás Muñoz Bolívar, su hijo, adquirió la finca La Perla, para continuar el legado. Ejemplo a seguir: a sus 86 años, el abuelo don Edilberto sigue en pie de bregas por los plantíos.

En 2010, el café de La Perla recibió de la calificadora internacional Rainforest Alliance la certificación por buenas prácticas agrícolas. En mayo de ese mismo año, don Nicolás, animado por la autenticación, le dijo a doña Beatriz, su mujer y madre de sus hijos: "Mija, yo quiero tostar nuestro café".

Dicho y hecho. Así nació la marca La Perla, una empresa de familia que, a pundonor y trabajo, ha superado complejas dificultades, empezando por las violencias del conflicto armado, los altibajos en los precios del café, las crisis económicas, las cosechas que suelen perderse por enfermedad, y otros factores; y más próximo a la realidad, los estragos que a la mayoría de los caficultores dejó el bicho depredador del coronavirus.


Costales de yute para café, preciadas obras de artesanos salvadoreños de la firma Agave

"No nos sentamos a llorar ante las malas rachas -sostiene David Santiago-. Por el contrario, hemos madurado en todo sentido, ya que la adversidad nos ha servido como lección de vida y crecimiento personal y profesional". 

"Además de la orientación que hemos recibido de la Federación Nacional de Cafeteros, y por cuenta propia, gracias a las enseñanzas que desde niños hemos aprendido de nuestros padres y abuelos, podemos decir con orgullo que lo que nació como un pequeño negocio de familia, hoy es una empresa sólida y fortalecida en tecnología, y actualizada en los estándares de producción y comercialización".

"En esta región de Antioquia que corresponde al municipio de Betulia, de considerable altura, pero con un clima especial para el cultivo del grano, se saca una cosecha entre agosto y febrero, y una de mitaca (cosecha intermedia), que va de abril a julio. De 2024 a 2025, hemos logrado el pico más alto de los últimos 10 años, con una producción de 450 cargas de café. Bendito sea mi Dios y la tierra que nos dio para trabajarla", celebra Muñoz.

"Estamos endeudados pero felices", es un dicho popular del cafetero paisa, y lo trae a colación Andrés Pérez, primo de David Santiago: "Vinimos a Expo Café a mostrar nuestro producto, y la experiencia no puede ser más gratificante y satisfactoria. Gracias a esta vitrina nos vamos a estrenar como exportadores. El sueño de tantos años, de trabajo y sacrificio, está por cumplirse", concluye emocionado.

Antes de partir, Andrea Vásquez, la querida anfitriona, nos aborda para brindarnos otra "pruebita" de la Finca La Perla, y una libreta y un lapicero alusivos a la marca. "El próximo año los esperamos por aquí", se despide con su bella sonrisa.

Mientras que concluye el gesto de un hombre que lleva de la mesa a la boca su pocillo, cruza la eternidad, el mundo cambia de estaciones, pasan las guerras, hay futuros en fuga, y el hombre no termina el ademán que funde sus labios a la taza de café.  (Monólogo de José Asunción Silva, Juan Manuel Roca). 

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