Ricardo Rondón Chamorro
Esta película no encajaría en los afectos de las personas
que jamás se han dejado seducir por los libros, que observan a los adictos a la
lectura como a bichos raros, seres
aburridos, dirán, y que ni por accidente se detienen frente a la vidriera
de una librería, salvo, por vanidad, para ver reflejada en ella su figura.
Pero seguramente, si por curiosidad se dejaran atraer,
aunque el título a secas nos les dé mayores indicios y señales, esta sobria y
sencilla historia, La Librería,
podría abrirles las puertas no solo al mundo extraordinario de la aventura sin
límites, el conocimiento y el infinito placer que depara la lectura, sino al
valor y al coraje del que se arma un ser humano, en este caso, una mujer, cuando
se empeña en realizar un sueño, sin dejarse amedrentar por la frustración y el
fracaso.
Emili Mortimer, en el rol de Florence Green, la viuda librera. Foto: ABC |
Es la historia de Florence
Green (Emily Mortimer, Match point, París Je t’eami, Spectral),
una viuda ubicada en los años 50 (época de la distópica novela Farenheit 451, de Ray Bradbury, uno de los enlaces fuertes de la trama), afiebrada
por los libros, quien decide abrir una librería en Harbour, un pueblo costero
de Inglaterra, donde sus habitantes, rancios aristócratas y comerciantes
presumidos, nunca se habían enterado de un establecimiento semejante.
Cautivada y prevenida ante el territorio desconocido al
que ha llegado, pero con el impulso inquebrantable por alcanzar su propósito, abrir
en una antigua casona la Old House Bookshop,
como se lo propuso, la dulce pero resoluta intrusa emprende una carrera de obstáculos,
el más perturbador, el poder que ejerce la matrona de la comarca, Violet Gamart (Patricia Clarkson), una mujer corroída por el egoísmo y la envidia,
quien no duerme tranquila hasta truncar las ilusiones de la extranjera.
Emily Mortimer e Isabel Coixet, protagonista y directora, ultimando detalles en los cuadros del rodaje. Foto: Crónica Global |
Florence
solo
cuenta con dos aliados: Edmund Brundish
(Bill Nighy), un elegante y refinado
misántropo entrado en años, el único habitante que ama la literatura en ese
condado, y la pequeña Christine (Honor Kneafsey), dos roles
extraordinarios por el talento y la sensibilidad contagiosa que cada uno
irradia. El resto hace parte del fichaje hipócrita y desmoralizante que
orquesta la señora Gamart.
Isabel
Coixet en esta, su premiada cinta (Premios Goyas a Mejor Película, Mejor Guion Adaptado, Mejor Dirección,
Premio Fénix a Mejor Vestuario, entre otros), adaptación de la novela
homónima de la escritora inglesa Penélope
Fitzgerald, establece un perfecto encuentro con las emociones, los
diálogos, los firmes valores, la capacidad intrínseca de poder volar y ser
libres con lo que soñamos y llegamos a crear, sin dar largas de pesadumbre a
las tormentas y dificultades que nos vayamos encontrando en el camino,
aunque inevitable un profundo hálito de melancolía. Es la vida…
La pequeña y talentosa actriz Honor Kneafsey, en su rol de Christine, asistente de la librera Florence Green. Foto: Diario Crítico |
El entramado íntimo y poético que navega por todos los
espacios de La Librería: las sabias
consejas de Florence a su asistente Christine, los encuentros furtivos de
la librera con el solitario Brindish
-que la convoca para encargar las últimas novedades, comentar ediciones y autores-,
y escenas elementales pero sutiles y elocuentes como la alegría conmovedora cuando
ella, tardes enteras, desempaca los libros de las enormes cajas de madera que
llegan al puerto, hacen de La Librería
un bello cuadro del romanticismo de época donde prima la dignidad y el honor de
ser fieles a nosotros mismos, por encima de los habituales embates del poder y
la ignorancia.
Por supuesto que también es un homenaje a los libreros y
a los asiduos lectores del mundo. El del librero, consagrado oficio en el que
se palpa la pulpa con tan esmero y devoción como en ninguna otra actividad, y
que conlleva a múltiples placeres del que solo los libreros de ley se jactan de
disfrutar, empezando por el ejercicio de oler, hojear, leer y releer una obra, restaurarla,
clasificarla y ponerla con todo el amor a disposición de esos grandes y
permanentes amigos que son los lectores, “porque eso es lo que uno con el
tiempo viene siendo con el lector: un amigo, un cómplice, un psicólogo si se
quiere”, como lo sustenta la experiencia de más de treinta años del
librero bumangués Álvaro Castilla
Granada, fundador y propietario de San
Librario, en el sector de Quinta Camacho, en Bogotá.
Edmund Brundish (Bill Nighy) encarna al viejo y refinado misántropo, enamorado de la literatura. Foto: ABC |
La frase que rotula el poster de La Librería, resume todo lo anterior, por encima del alegato de
retrógrados y escépticos: Entre libros,
nadie puede sentirse solo. ¿Será una máxima de Isabel Coixet, afiebrada lectora y exploradora incansable de las
librerías del orbe? Quizás. Pero es una confesión sincera para quienes un afortunado
día nos asomamos al deleite de los libros, a la riqueza de conocimiento y
entretenimiento que deparan, a esa curiosidad que todos y cada uno despiertan,
y a esa avidez por entregarnos a ellos con pasión suprema, en el silencio
y en la soledad de nuestros días, como el viejo Brundish de La Librería,
en definitiva, una película para leer en voz alta.
Sí, La Librería,
como apuntamos al principio, no sería apta para quienes no han vivido la
formidable experiencia de sumergirse en la mar insondable que contienen los
libros, pero enhorabuena que podría serlo.
La Librería ★★★★
Dirección: Isabel Coixet
Reparto: Emily Mortimer,
Patricia Clarkson, Bill Nighy, Honor Kneafsey, James Lance, Harvey Bennett,
Michael Fitzgerald, Jorge Suquet, Hunter Tremayne, Frances Barber
País: España
Duración: 115
minutos
Año: 2017
Género: Drama
Estreno: 10 de
noviembre del 2017
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