Isabel Jiménez, protagonista de 'Tres escapularios', consagrada en el Colombia Film Festival de Nueva York como Actriz Excepcional por su rol de Lorena. Foto: Black Velvet |
Ricardo
Rondón Ch.
No
hay cicatriz por brutal que parezca que no encierre belleza. Una historia
puntual se cuenta en ella, algún dolor. Pero también su fin. Las cicatrices, pues, son las costuras de la
memoria. Un remate imperfecto que nos sana dañándonos. La forma en que el
tiempo encuentra de que nunca olvidemos las heridas. (Las cicatrices. Piedad Bonnett)
El verso de la poeta que más ha urdido en sus páginas el
tejido de la guerra en Colombia, con su dolor a cuestas, como una Penélope de Amalfi, resume a manera de
epígrafe la nueva película del director Felipe
Aljure, Tres escapularios,
tríptico de amor y guerra, de odio y venganza, de solidaridad y esperanza. De
muchas cicatrices y de tantas heridas por sanar.
Por eso, cuando se encendieron las luces al final de la
proyección en la sala de Cine Tonalá
donde fue presentada a los medios, Bonnett
alcanzó a Aljure a la salida para
expresarle su admiración por el andamiaje con que fue construida, su poética
visual y narrativa, y el riesgo que había tomado al contar esta historia que
hurga en la llaga del conflicto armado colombiano.
Cuando Piedad subraya
en su poema que las cicatrices son las
costuras de la memoria, y que ese
remate imperfecto, como quiera que sea, nos
sana dañándonos, asoma la frase espasmódica del guion que sirve como hilo
conductor de la cinta: matar es malo,
pero, si se hace por una noble causa, engrandece.
Mauricio Florez, estupendo actor, es Nico, militante de una célula urbana que jamás ha matado, pero con el corazón roto por una pena de amor. Foto: La Pluma & La Herida |
Los protagonistas de Tres
escapularios son apenas un puñado de radiografías trágicas que ha dejado a
su paso el horror de esta absurda guerra de más de cincuenta años, que hasta
ahora, con un controvertido proceso de paz en ciernes, se ponen a la luz
refrigerada de la memoria histórica.
Nico,
militante de una célula de guerrilla urbana que jamás ha matado en su vida y tiene
roto el corazón por una pena de amor. Lorena,
una excombatiente que, contrario al anterior, se ha ensañado en matar luego de
perder a su novio y a su retoño en un bombardeo. Indira, exguerrillera en estado de embarazo y causante de la tragedia
de Lorena, marcan el territorio cruento
de este road movie que es la nueva
película de Felipe Aljure, gran
referente de la cinematografía nacional por obras icónicas como La gente de La Universal (1993) y El Colombian Dream (2006).
Para Aljure,
el tema del conflicto llevado al cine, salvo en algunos casos fortuitos como el
documental Ciro y yo, de Miguel Salazar, no ha contado con otra
mirada que la telenovelesca de folletín como se han encasillado sus actores: el
capo de marras y su vida fantasiosa, el abominable jefe paraco, el sicario que mata por matar, y que vive de matar; el apache
del montón a quien le fueron negadas oportunidades y se convierte en el despiadado
narcoguerrillero de la comarca, con ejército propio.
Karen Gaviria, en el rol de Indira, la guerrillera embarazada, objetivo siniestro de Nico y Lorena. Foto: La Pluma & La Herida |
La lectura del conflicto en Tres escapularios es más próxima y profunda con las vidas de los
soldados anónimos y sus muertes cercanas, pero más incisivo aún, desde el fondo
de sus propias vidas, de las heridas sin sanar desde la infancia, de la precariedad
y las dificultades del entorno familiar, y de todas las preguntas sin respuestas
que fueron quedando desperdigadas en el camino de abrojos y espinas que han
transitado.
Para Aljure, en la guerra no hay buenos ni malos. La
guerra sólo produce víctimas en cualquiera de los bandos. Por eso en Tres escapularios pacta un guerrillero
urbano con una combatiente del ejército para asesinar a una guerrillera en la
costa norte colombiana. Ahí todos son víctimas, no existen victimarios, porque
como subraya Rubén Blades en una de
sus canciones, no se puede rehabilitar lo
que no ha sido habilitado.
El trasegar que va de Bogotá a la Costa, fue rodado con
una cámara de fotografía, según Aljure,
por conservar esa actitud contemplativa de planos quietos, lentos, profundos, y
de pantallas fraccionadas que inspiran los personajes: Un retrato al fondo de sus
propios conflictos, de sus vidas desgarradas, de su desarraigo, de ese road movie que es el tren de la película,
tocada de erotismo frenético, de incómoda ansiedad, de ese sudor pegajoso de la
ira y del pecado que sofoca al espectador y lo hace partícipe del trance.
Matar
es malo, pero si lo haces por una noble causa, engrandece, no
es un mote deliberado en el guion ni una apología ni una provocación. Para el
equipo, es un eje conceptual de la historia, lleva una fuerte dosis de ironía y
sarcasmo con respecto a las ideologías oficiales e insurgentes donde el asesinato
de seres humanos está sacralizado por lo ideológico y la nobleza de las causas.
Los actores Luis Fernando Gil, como 'Cocoloco' y'El Bayunco', e Isabel Jiménez, como Lorena. Foto: La Pluma & La Herida |
A su vez, el título de la película, podría ser un
homenaje al Fernando Vallejo de la Virgen de los Sicarios, a esos niños
matones de las comunas de Medellín que
en el filme de Barbet Schroeder llevaban
sus balas y sus escapularios para empaparlos de agua bendita en la pileta de la
Virgen de la Sabaneta, aunque Felipe Aljure no lo descarte del todo
tratándose de la raigambre nacional de los bajos fondos, de la cultura del
sicariato implantada por Pablo Escobar,
la de invocar potestades y santidades al momento de emprender un crimen, para coronar la vuelta.
El nombre de Tres
escapularios está ligado a una constante dramática en el acontecer
cinematográfico de Aljure, en
especial en esta, su tercera película. Así construye una regla de múltiples
triángulos con las escenas, los planos, sus protagonistas:
“Lorena,
Nico e Indira son el primero y el más evidente, pero de ese se desprenden
muchos otros, más sutiles. Por ejemplo Lorena,
Nico y el Negro. Lorena, Nico y
Tatiana. Lorena, Tatiana y el Negro.
El Negro, Indira y la madre. Indira, la madre y el bebé. Lorena, Nico y el bebé. El público y las dobles pantallas y
muchos más. Todo son triángulos en esta película”.
Con Tres
escapularios, Aljure le dice
adiós a los grandes presupuestos, a las producciones atestadas de camiones,
monumentales tramoyas de luces y cables. El guion fue escrito en 2010 y se rodó
en apenas cincuenta y cuatro días, incluyendo viajes, de los cuales cuarenta y
dos fueron de rodaje:
"La hicimos desde la óptica de una película sin
pretensiones de gran formato. Es una
película de doce amigos que tuvieron la idea de hacer un largometraje. Cogimos
cuatro carros, y nos fuimos a rodar con una cámara de fotos”.
Felipe Algure, gran referente del cine colombiano, director y coguionista de 'Tres escapularios', su tercer largometraje. Foto: La Pluma & La Herida |
Tradúzcase el road
movie en una aventura hippie a la usanza de la sicodelia de los años 60,
donde actores, personal técnico y logístico, fueron a la vez protagonistas y
directores.
Tres
escapularios fue financiada con los 700 millones de pesos que recibió de la convocatoria del Fondo de Desarrollo Cinematográfico
(FDC) en 2015, año de su estreno en el Festival
Internacional de Cine de Cartagena, donde obtuvo el Premio Cinecolor en el marco del Bogotá Audiovisual Market -BAM, y el premio a Mejor Película de Ficción en la tercera edición del Colombia Film Festival de Nueva York.
En esa misma sesión, Isabel Jiménez,
Lorena, la protagonista, fue
galardona como Actriz excepcional.
“Aljure es un
director de enorme rigor y claridad en lo que desea, que nos dio la libertad de
proponer y crear nuestros personajes. Lorena
es muy fuerte, fue un reto. Yo nunca había tomado un arma, duré por mucho tiempo con una pistola
de juguete en mis pantalones; me reuní con mujeres exmilitantes que me permitieron acercarme a su realidades, además
tuvimos entrenamiento militar, ese
proceso fue muy interesante y enriquecedor y se ve reflejado en Tres Escapularios”, afirma la actriz.
Tres
escapularios fue filmada en Santa Marta, la Sierra
Nevada, Tasajera, hacia el retén de Ciénaga,
y al final, en Tierra Bomba y Cartagena.
"Creo que un factor fundamental -dice Aljure- fue el brillo de la luz del
Caribe y la belleza y contrastes sociales de sus ciudades. El skyline de Cartagena visto desde la olvidada Tierra Bomba es un comentario en sí mismo. Siempre estuvo en el ADN
de nuestro proyecto hacer una película de guerra en un entorno hermoso, sin
camuflados, sin campos de batalla y sin ejércitos, pero capaz de conmover desde
las palabras de sus diálogos, la fuerza de sus personajes y la alta tensión de
la historia".
Felipe Aljure y la poeta Piedad Bonnett el día de la función de 'Tres escapularios' para medios de comunicación. Foto: La Pluma & La Herida |
Tres
escapularios es una producción de Cinempresa, compañía constituida desde 2000 y cuya actividad
principal consiste en la creación, diseño, elaboración, producción y
comercialización de proyectos audiovisuales. Dentro de su reparto cuenta con
las actrices Isabel Jiménez, Karen
Gaviria, Alma Rosas Martínez, y con ellas el coprotagonista Mauricio Flórez Cano, en el rol
impecable de Nico, y el actor Luis Fernando Gil, como Cocoloco y El Bayunco.
El guion y la dirección estuvieron a cargo de Felipe Aljure, la producción de Enrique Arango y María Clara Aristizábal, la dirección de fotografía de Carlos Sánchez; la dirección de arte,
vestuario y maquillaje a cargo de José
Alberto Serna; sonido directo de Diego
Rodríguez; la música de Camilo
Montilla, quién también hizo parte del diseño de sonido junto con Sergio Stempniewicz; la edición y
script de Alejandro Zuluaga; Disney Gómez en la producción en Santa Marta y César Padrón en Cartagena,
con la asistencia de producción de Santiago
Castaño Londoño y Diana Carolina
Durán, entre otros.
Estreno de Tres escapularios, jueves 23 de agosto en salas de Cine Colombia y Cine Tonalá.
Duración: 118
minutos
Género:
drama
Clasificación: 15
años
0 comentarios